Eterno mutable
La hinchada de The Cult parece tener el cuerpo hecho a prueba de giros estilísticos, de modo que la banda británica volvió a llenar el recinto al margen de que la reciente obra de Atsbury y Duffy, la pareja líder, se enrede en vericuetos de exploración que reclaman del oyente apertura mental y sucesivas escuchas para comprender sus actuales pasos. Éstos, al parecer, son consecuencia de su hastío por los clichés del rock y de una mirada atenta al agitado panorama musical de los noventa. Con la entrada de Adams y Garrett, según afirmaciones de los miembros fundadores, The Cult recupera el concepto de grupo y una estabilidad amenazada en los tres últimos años. Tormentas internas e insatisfacción por Ceremony, escasamente apreciado por sus creadores, estaban detrás de aquellos problemas.En la noche del martes, previamente habían pasado por el escenario el rock en la onda de Iguana, grupo debutante de origen zaragozano, y las maneras de Mother Tongue, basadas fundamentalmente en la escuela sin reservas de Red Hot Chili Peppers. The Cult abrió la acción con Gone, el retorcido inicio de su trabajo de reaparición, que a juzgar por la templada respuesta del público, todavía no ha sido suficientemente asimilado.
The Cult
Mother Tongue / IguanaThe Cult: lan Atsbury (voz), Bill Duffy (guitarra), James Stevenson (guitarra invitado), Craig Adams (bajo), Scott Garrett (batería). Sala Universal Sur de Leganés (Madrid). Entrada: 2.000 espectadores. Precio: 3.000 pesetas.
Hace falta valor
Y es que hay que echarle valor a un repertorio donde The Cult clásico, si es que existe esa etapa en un grupo abonado al cambio, solamente conserva la altanera voz de Atsbury. No les falta amor al riesgo a estos camaleones, aunque a veces sea la apariencia externa, más que la propia música, la que ha despistado. Quien conceda una importancia excesiva a la imagen ha debido volverse loco siguiendo los pasos de la banda en diez años de mutación.Hay que recordarlo: The Cult empezó su camino alineándose con el entonces denominado rock gótico, se hizo pasar por nuevo hippie en Love y recuperó para el mundo musical a un AC / DC semiolvidado con el hard rock básico de Electric. Como aquella referencia sigue siendo el recuerdo más hondo, las interpretación de Lil`Devil, Wildflower y Love removal machine trajeron cola. Hasta Atsbury, que había empezado un tanto apático, supo contagiarse del ambiente favorable que provocaban esos temas y otros provenientes del también agresivo Sonic temple.. Con todo de cara, buen concierto, mejor público, The Cult racaneó repertorio y se conformó con poco más de hora y cuarto de tablas.
Babelia
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