Greenpeace denuncia otro vertido de petróleo ruso cerca del Ártico
El Gobierno dice desconocer el hecho
Greenpeace denunció ayer una nueva rotura en los oleoductos rusos del norte, cerca del Ártico, que ha provocado un vertido de 13.000 toneladas de crudo. Dicha rotura se produce en la misma zona de la tundra en la que hubo un importante escape en agosto que la opinión pública conoció el mes pasado. Aquel vertido fue de 270.000 toneladas de petróleo, según los ecologistas, aunque las autoridades rusas siempre han hablado de entre 14.000 y 60.000toneladas.
Sobre el nuevo vertido, el Ministerio de Emergencias ruso dijo ayer no tener noticia alguna. "No tenemos ninguna información todavía", aseguró un portavoz de este departamento. Las autoridades locales no pudieron ser contactadas ayer.Miembros de Greenpeace, mientras tanto, mostraron fotos y vídeos del desastre ecológico sobre la nevada tundra y contaron que el vertido ha tenido lugar a unos 60 kilómetros al norte de la ciudad de Usinsk.
El experto de Greenpeace en petróleo, Paul Horsman, dijo que el crudo ya se ha asentado en la tundra y que hay lagos de petróleo de 60 centímetros de profundidad que fluyen en corrientes de dos kilómetros de ancho por dos de profundidad. Horsman dijo que el oleoducto ha de cerrarse inmediatamente y de forma permanente.
El equipo de Greenpeace ha descubierto el nuevo vertido después de haber estado en la zona durante una semana investigando el vertido principal. Dicho equipo visitó el lugar del nuevo escape con miembros de la Academia rusa de Ciencias para confirmar el hecho. Una delegación oficial rusa de San Petesburgo formada por expertos voló la pasada semana sobre la zona e informó de la inexistencia de nuevos vertidos.
"Si se hubieran molestado en inspeccionar más de cerca el oleoducto y no limitarse a volar sobre él, la delegación habría podido ver el nuevo escape y podría haber previsto el nuevo desastre ecológico", dijo ayer Eduard Gismattulin, de Greenpeace Rusia.
Las organizaciones ecologistas están preocupadas con los vertidos de petróleo de esta zona atravesada por el río Pechora, donde ya ha llegado el petróleo, que desemboca en el mar de Barents y en el Ártico. El plazo del invierno es decisivo para limpiarla y evitar que el desastre ecológico sea mayor.
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