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Dulce Pontes recupera el fado para las nuevas generaciones

La cantante portuguesa presenta su nuevo álbum en Madrid y Salamanca

La cantante Dulce Pontes, que lleva vendidos 70.000 ejemplares de su disco Lágrimas en Portugal, está revolucionando los pilares tradicionales del fado. A sus 25 años, ha puesto de acuerdo a jóvenes y mayores con unos tratamientos sonoros que envuelven antiguas canciones portuguesas en arreglos novedosos. Esta noche actúa en Madrid y el lunes estará en Salamanca.

Sus comienzos en el mundo de la canción fueron un tanto rocambolescos. "Estaba estudiando danza en una escuela porque quería ser bailarina. Un día respondí a un anuncio del periódico en el que se solicitaban jóvenes cantantes sin saber muy bien de qué se trataba. Resulta que buscaban a alguien para sustituir a la cantante de una comedia musical y al final me eligieron a mí. En ocho días mí vida cambió de golpe", asegura Dulce Pontes que, para sus conciertos en Madrid (teatro Monumental) y Salamanca (teatro Bretón), se ha traído a cuatro mujeres que bailan, un grupo de siete instrumentistas y un sexteto de cuerdas integrado por músicos de la Gulbenkian.Ella fue la representante de Portugal en el Festival de Eurovisión en 1991 con Lusitana paixao, "una canción que habla sobre el fado y que aún hoy canto en directo. Creo que la letra era premonitoria".

Su encuentro con el productor y arreglista Guillerme Inês fue decisivo a la hora de encarar Lágrimas. "Los dos sintonizamos muy bien, tenemos gustos parecidos y, además, él tiene mucha paciencia. También participó María Joáo Castanheira. Fue una labor de equipo".

Dicen que el secreto del éxito de Dulce Pontes radica no sólo en su voz sino en la capacidad que ha tenido para cambiar el aspecto del fado sin desfigurarlo. "Cuando se publicó el disco no sabíamos cuál iba a ser la reacción del público pero, en general, los portugueses han aceptado muy bien mi trabajo. Sobre todo los jóvenes. Hemos conseguido abarcar una franja de edad muy amplia".

"El fado no tiene por qué ser necesariamente acompañado por una guitarra", afirma. "La propuesta del disco consiste en recrear clásicos de la música portuguesa, muchos de ellos casi olvidados, dándoles un nuevo tratamiento sonoro; introduciendo incluso sonidos de otras culturas. Pasó mucha gente por aquí y las músicas se influenciaron unas a otras".

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