El medievalista Ladero Quesada, premio Nacional de Historia

Miguel Ángel Ladero Quesada, de 51 años, catedrático de Historia Medieval de la Universidad Complutense de Madrid, obtuvo ayer el Premio Nacional de Historia por su obra Fiscalidad y poder real en Castilla (1252-1369), "una investigación sobre los orígenes del Estado moderno en Castilla, de ese Estado que más tarde conquistaría América", según el historiador y miembro del jurado Javier Tusell. El premio, convocado por el Ministerio de Cultura, está dotado con 2,5 millones de pesetas.La elección de la obra ganadora fue muy reñida y fueron necesarias tres votaciones y un desempate final entre la de Ladero Quesada el libro del catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Sevilla, Antonio Miguel Bernal, titulado La financiación de la carrera de Indias (1492-1824), sobre las fuerzas económicas que costearon la expansión americana de España. Ladero declaró ayer que recibe "con gran satisfacción" el premio por lo que supone para los historiadores españoles y por haber sido elegido entre obras de gran calidad. Miguel Ángel Ladero también señaló que la historiografía española "atraviesa un momento interesante, con mayor riqueza de investigación e investigadores que nunca antes". No obstante, Ladero destacó como principales problemas la dispersión de esfuerzos, y la desorientación que se da en ocaciones en la elección de los temas.

Miguel Ángel Ladero Quesada ha trabajado fundamentalmente sobre la baja Edad Media (siglos XIII-XV), con especial atención en el reino nazarí de Granada y la Castilla del predescubrimiento de América. Nacido en Valladolid, Ladero Quesada ha sido profesor, además de en Madrid, en las universidades de La Laguna (Tenerife) y Sevilla, y es miembro de la Real Academia de la Historia desde 1992.

La presente edición del premio ha estado rodeada de polémica. Su ausencia en la convocatoria de premios nacionales publicada meses atrás por el Ministerio de Cultura en el Boletín Oficial del Estado hizo pensar que había sido eliminado. Hubo, incluso la intención, según fuentes de Cultura, de integrarlo dentro del premio destinado a Ciencias Sociales. Posteriormente, y tras las protestas de algunos historiadores, Cultura rectificó y convocó el premio.