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Gil-Robles empata con un democristiano alemán la votación para Defensor del Pueblo europeo

David no derrotó a Goliat, pero tampoco se dejó vencer. El independiente español Álvaro Gil-Robles, apadrinado por eurodiputados socialistas, empató ayer con su contrincante democristiano alemán, Sieghert Alber, en la segunda votación de la comisión del Parlamento Europeo encargada de designar al defensor del pueblo europeo. La abstención de Izquierda Unida y el apoyo del Partido Nacionalista Vasco PNV a su correligionario alemán impidieron la elección del aspirante español y crearon una situación inédita de bloqueo.La primera Vuelta en la Comisión de Peticiones supuso un revés para la poderosa maquinaria de la CDU alemana, el partido más influyente en la Eurocámara, del que Alber es miembro Gil-Robles, con 11 sufragios, fue el candidato más votado mientras su contrincante alemán sólo obtuvo 10 votos.

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Tablas con agridulce

El español Juan María Bandrés figuraba en tercer Jugar, con sólo dos votos, procedentes de un ecologista alemán y de IU, mientras los otros tres candidatos, la socialista francesa Marie-Claude Vayssade, el laborista británico Henry Mac Cubbin y el conservador británico, William Newton-Dunn sólo cosechaban un sufragio.

La segunda y última vuelta acabó en tablas, con 12 votos para Gil-Robles y otros tantos para Alber, entre los que figura el del nacionalista vasco Josu Jon Imaz, y tres abstenciones in cluida la del eurodiputado de IU, Antoni Gutiérrez, quien explicó que acataba instrucciones de la presidencia federal de IU que en cabeza Julio Anguita.

El verde que respaldó a Bandrés no tuvo, en cambio, reparos en alinearse con su compatriota Alher en la segunda vuelta. Los europarlamentarios socialistas tenían dudas sobre el voto de Ana Palacio, del Partido Popular (PP), aunque el presidente de esta formación, José María Aznar, era hace un mes partidario de secundar a Alber mientras no hubiese consenso en España sobre el defensor del pueblo nacional.

Para zanjar la disputa, los más fieles partidarios de Gil-Robles intentaron forzar anoche una tercera votación, pero fueron derrotados. Antes de que se celebrasen las votaciones Alber hacía campaña en los pasillos de la Eurocámara en Bruselas mientras Gil-Robles, en Madrid, era informado por teléfono por sus amigos.

El Defensor del Pueblo Europeo, es una institución creada por el Tratado de Maastricht a instancias del presidente del Gobierno español, Felipe González. La Comisión de Peticiones, que se reunió ayer, debía elegir, mediante una votación secreta, a un candidato y proponerlo a la ratificación del pleno que empieza el 14 de noviembre por la tarde.

Tras constatar el resultado de tablas el presidente de la comisión, el laborista británico Edy Newman, optó por pedir al presidente de la Eurocámara, el socialdemócrata alemán Klaus Hänsch, que busque cómo deshacer el entuerto.

La secretaria de Hänsch se disponía anoche a preparar dos cartas dirigidas a Newman con sendas soluciones diferentes al problema. La primera consistiría en obligar a la Comisión de Peticiones a reunirse el 14 en Estrasburgo, justo antes de que empiece el pleno, y a proceder a tantas votaciones como sean necesarias hasta que salga un vencedor.

Ésta sería, la solución menos desfavorable para Gil-Robles cuyos partidarios tienen la esperanza de convencer a alguno de los abstencionistas. La otra alternativa que baraja Hänsch consistiría en someter a la designación del pleno, el 16 de noviembre, a los dos candidatos.

Aunque la Comisión del Reglamento de la Eurocámara lo autorizase esta solución supondría, según fuentes jurídicas, una violación del artículo 159 del reglamento que creó el Defensor del Pueblo Europeo y que prevé que un sólo candidato será sometido a la ratificación de la sesión plenaria.

Cabe, por último, iniciar de nuevo todo el procedimiento de selección de los aspirantes al cargo, pero supondría retrasar varios meses la entrada en funciones del defensor.

Lo que sucederá a partir de ahora trasciende el ámbito parlamentario para abarcar al de las cancillerías que tratarán de influenciar a sus eurodiputados. El canciller alemán, Helmut Kohl, tiene una larga tradición de intervención sobre los europarlamentarios de la CDU y, en general, del Partido Popular Europeo (democristiano). Lo hizo por última vez en mayo para forzar la ratificación de la ampliación de la Unión Europea.

González, en, cambio, ha sido más prudente, hasta el punto de no haber recibido a Gil-Robles, que le pidió audiencia. El Gobiemo español privilegia la elección, el 14 de noviembre, del socialista Enrique Barón a la secretaría general de la Unión de Europa Occidental.

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