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El cumplimiento de los servicios mínimos evitó retrasos e incidentes durante la huelga de Iberia

Ángeles Espinosa

Sólo los tablones anunciadores de vuelos denotaban algo extraño: para ser la compañía aérea de bandera, Iberia servía muy pocos destinos ayer. Spanair y Air Europa cubrían la mayoría de las rutas nacionales, mientras compañías extranjeras copaban las internacionales. El estricto cumplimiento de los servicios mínimos, que UGT calificó de "excesivos", permitió que la jornada de huelga se desarrollara con tranquilidad y sin que se produjeran grandes retrasos en los 120 vuelos -frente a los 450 de media en un día normal- que Iberia pudo mantener.

"Los servicios mínimos establecidos por el Ministerio de Transportes han sido excesivos y concentrados en la zona neurálgica que son los aeropuer tos", se quejó Juan José Hirsclifeld, del sector aéreo, de UGT. En cuanto al seguimiento de la huelga, convocada de forma conjunta por UGT y CC OO, Hirschfeld lo calificó de "prácticamente total". "Sólo un 5% del personal sin servicios mínimos ha acudido al trabajo en toda España manifestó antes de aclarar que de la plantilla media diaria de 5.200 trabajadores, 3.000 habían sido requeridos por el decreto de Transportes para atender los vuelos no cancelados de Iberia y los de otras compañías.

Viajeros prevenidos

La mayoría de los usuarios de la ruta más afectada, el puente aéreo Madrid-Barcelona -con servicios mínimos por debajo del 25%-, encontraron vías alternativas. A primera hora de la tarde los mostradores de facturación en Madrid estaban vacíos. Medio centenar de viajeros esperaba pacientemente el siguiente vuelo, programado para las 20.00 horas, y un par de despistados con prisa optaban por trasladarse a la estación de ferrocarril de Chamartín. En contraste, los aviones de la compañías privadas Air Europa y Spanair alcanzaron una ocupación del 100% en ambos sentidos. Ninguna de ellas reforzó sus servicios.El mismo ambiente de tranquilidad imperaba en las salas de la terminal nacional. Las llegadas se producían en el horario previsto, al igual que las salidas programadas. Para quienes no presenciaron la protesta que realizaron por la mañana varios miembros del comité de empresa de las centrales convocantes, tan sólo la presencia policial frente a los mostradores de Iberia y la baja concurrencia de pasajeros daba indicios de anormalidad.

Los más sorprendidos por la huelga fueron sin duda alguna, los viajeros procedentes del extranjero. A pesar de que fuentes de Iberia manifestaron que se les informó de la huelga durante las escalas, muchos no ocultaban su contrariedad al llegar a tierra, y encontrarse con la continuación de su viaje cancelada. Las azafatas del mostrador de información, que tuvieron un día "con más ajetreo del normal", aseguraron que la mayoría habían sido remitidos a otras compañías o se les había acomodado en los vuelos de hoy. En esta eventualidad, Iberia corre con los gastos de alojamiento de los pasajero de vuelos intercontinentales. No fue el caso de dos uruguayas procedentes de Montevideo que tuvieron que esperar seis horas su conexión a Barcelona. "No supimos nada hasta que aterrizamos, pero nos han atendido con amabilidad", manifestaron.

A media tarde, la Coordinadora de Sindicatos de Iberia realizó una manifestación en Madrid como preludio a los paros de dos horas convocados a partir de hoy y durante todos los viernes de noviembre. En diciembre, los paros se extenderán a toda la jornada.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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