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Kohl-Bis

Sí, Kohl ha ganado las recientes elecciones alemanas, con lo cual permanecerá otros cuatro años en la cancillería. Así se garantiza una estabilidad europea sensata, como en los últimos años. Tal ha sido, en términos generales, la reacción en Europa occidental después del triunfo de la CDU. Pero no deberíamos quedarnos en visiones superficiales. Kohl ha ganado, pero en condiciones completamente distintas de la victoria que obtuvo sobre el socialdemócrata Oskar Lafontaine hace cuatro años. Su mayoría se ha deshilachado hasta quedar reducida a sólo dos diputados. Es cierto que, utilizando unos artículos dudosos de la ley electoral, la ha ampliado hasta 10, pero ello le costará un recurso ante el Tribunal Constitucional y el experto Hans Meyer considera que esa ampliación se ha hecho con métodos no constitucionales. En todo caso,Kohl gobernaría sobre el filo de la navaja y ello tiene ya repercusiones negativas para él en el mundo político germano.En la composición de su mayoría se han producido cambios: la CSU de Baviera, (la extrema derecha nacionalista dentro de la CDU) aumenta considerablemente su peso relativo; y se trata de un partido con fuertes tendencias contrarias a la Unión Europea, de modo especial en el tema de la moneda única.

Por otra parte, el Partido Liberal (FDP), que anteriormente dirigido por Genscher era una carta fuerte para Kohl, está casi, desmantelado. Sólo gracias a la ayuda de votos de la CDU ha podido entrar en el Parlamento, pero la crisis interna en su seno se agudiza. Uno de sus líderes, Möllemann, acaba de dimitir de su cargo, acusando a Kinkel, el presidente, de conducir el partido al abismo. No ha descubierto sus planes futuros, pero cualquier intento de escisión reduciría a la nada un partido tan pequeño.

Sin embargo, más importante aún con vistas al futuro es la decisión de los liberales de dar más relieve a sus señas. propias de identidad -libertad económica, mayor respeto a los derechos humanos, medidas en favor de los extranjeros-, frente a la política de la CDU. Ello se ha materializado en las recientes declaraciones de la comisionada para los extranjeros, la diputada Schmalz-Jacobsen, que constituyen una dura acusación contra la política de Kohl. ¿Cómo podrá compaginar esta línea liberal con las tesis de" la CSU a favor de una mayor dureza con los extranjeros?

A mediados de noviembre, Kohl tendrá que presentarse ante el Bundestag para obtener el voto de confianza que le consagre como nuevo canciller. Es un voto secreto y la ocasión suele ser utilizada por los descontentos para manifestarse. Esta vez la votación tendrá verdadero suspense: cualquier voto perdido por Kohl puede costarle la cancillería, Los responsables de la disciplina. partidaria están ya movilizados con mucho nerviosismo.

Por otra parte, en la Cámara alta (Bundesrat) el predominio de los socialdemócratas se ha acentuado con las últimas elecciones parciales. El SPD está a punto de lograr los dos tercios de los miembros de dicha Cámara, lo cual le permitiría bloquear de hecho casi todas las leyes aprobadas por el Bundestag. En todo caso, el peso ya conquistado por el SPD en la segunda cámara impone al partido de Kohl la necesidad de concertar con la oposición socialista las leyes de cuya aprobación quiera estar seguro.

En resumen, es un Kohl mucho más inseguro el que gobernará Alemania si pasa la prueba de noviembre y mucho más sometido a presiones diversas, que no dejarán de influir en su política y concretamente en su actitud europea. Está perspectiva agregada a la próxima retirada de Mitterrand (con las enormes dudas que se abren sobre los, niveles de europeísmo de su sucesor), obliga a considerar con preocupación las futuras etapas de la política en nuestro continente. No se puede olvidar el documentó dado a conocer en septiembre por la CDU y la CSU pidiendo que se crease un núcleo duro en Europa y una política alemana independiente hacia el Este. Kohl lo rechazó en su momento, pero esas ideas pueden rebrotar, según los meandros en que entre la política alemana.

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