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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Mozart para un Nobel

Las universidades Complutense, Politécnica y UNED se unieron a la Fundación Carmen y Severo Ochoa en un concierto homenaje al premio Nobel en vísperas de cumplirse el primer aniversario de su muerte. También se juntaron la Sinfónica de Asturias, el Coro de la Politécnica y la Escolanía de El Escorial, dirigidos por Odón Alonso en un programa con El sueño de una noche de verano, de Mendelssohn y La misa de Réquiem, de Mozart.Fue el científico luarqueño, como buen asturiano, un apasionado de la música, y en especial de la de Mozart: sus óperas -Las bodas de Fígaro, El rapto en el Serrallo- le acompañaron en momentos trascendentales de su existencia, como nos cuenta Marino Gómez Santos en la biografía editada con ocasión del concierto homenaje y distribuida a todos los asistentes. Para todos, constituía motivo de satisfacción ver a Ochoa en los grandes conciertos, disfrutando con la serie de cuartetos de Beethoven o con la música de Manuel de Falla, que era para él el único nombre verdaderamente trascendental de nuestra música contemporánea.

Homenaje a Severo Ochoa

Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, Coro de la Universidad Politécnica y Escolanía del Monasterio de El Escorial. Director de los coros: J. de Felipe. Director: O. Alonso. Solistas: Paloma Pérez Íñigo, Aida Lukankin, Manuel Cid y Alfonso Echeverría. Obras de Mendelssohn y Mozart. Auditorio Nacional. Madrid, 28 de octubre.

Un programa como éste hubiera emocionado al profesor Ochoa. Pese a todas las colaboraciones, el Réquiem mozartiano es una partitura plena de bellezas, en tanto la música shakespeariana de Mendelssohn nos da la perfección de la gracia, la luz y el movimiento.

La intervención de la coral universitaria de la Politécnica y los niños del monasterio de El Escorial, fue excelente y valió a su director habitual, José de Felipe, no pocos aplausos.

Muchos y calurosos recibió la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, cuyas cuerdas brillaron con gran fuerza, asistiendo a las voces, hasta lograr una versión de categoría, como la que demandaba el criterio dúctil y el hondo sentido musical del maestro Odón Alonso. Terminado el programa todos se unieron en el Gaudeamus igitur.

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