Tropas musulmanas atacan a los serbios en la zona desmilitarizada de Sarajevo
El Ejército gubernamental bosnio, mayoritariamente musulmán, lanzó a primeras horas de la mañana de ayer una ofensiva general contra las tropas de los serbios de Bosnia estacionadas en la zona desmilitarizada del monte Igman, al suroeste de Sarajevo. Según informó un portavoz del Fuerza de Protección de las Naciones Unidas en la antigua Yugoslavia (Uriprofor), "varios soldados serbios resultaron heridos en los combates". La Armija también asedia a los serbios en torno al enclave musulmán de Bihac, en la región noroccidental de Bosnia. Los avances de la tropas bosnias han obligado a Radovan Karadzic, el líder de los serbios de Bosnia, a declarar el estado de guerra en la región.
Diversas unidades de infantería de la Armija se infiltraron a las 6.45 horas de ayer en las localidades de Savorak y Lukavak, en manos de las tropas serbio bosnias, amparándose en la espesa niebla que cubría en ese momento las faldas del monte Igman. Para cubrir su avance el Ejército gubernamental en Sarajevo disparó un obús de 122 milímetros, desde una posición situada fuera del área de exclusión de armas pesadas -20 kilómetros en torno a Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina- impuesta por la OTAN.
Los observadores militares de las Naciones Unidas que presenciaron la ofensiva bosnia aseguraron que los comandantes de la Armija marchaban "encendidos de rabia" al frente de sus soldados. La víspera del ataque, la Armija disparó granadas desde tres morteros de 60 milímetros insta lados junto al edificio de la Cruz Roja en Sarajevo.
Vuelos de intimidación
Durante la ofensiva musulmana, al menos cuatro granadas de mortero cayeron a sólo 20 metros de un puesto de observación de los cascos azules franceses encargados de vigilar la zona desmilitarizada. Las deflagraciones no causaron víctimas, pero inmediatamente el mando de Unprofor amenazó con solicitar apoyo aéreo a la OTAN para responder a la agresión. Aviones de la OTAN sobrevolaron la zona desmilitarizada en una operación de intimidación, pero no llegaron a disparar.El comandante de Unprofor, el general británico Michael Rose, aseguró ayer a través de una emisora de radio de Sarajevo que "el equilibrio estratégico [en Bosnia] se está inclinando lentamente en contra del Ejército serbio bosnio". En opinión de Rose, "el Gobierno bosnio debe darse cuenta de que no le interesa una guerra a gran escala. En caso contrario, puede ser una catástrofe para el pueblo de este país".
En el noroeste de Bosnia, la Armija mantiene vivo otro frente de guerra. El avance musulmán desencadenado en los últimos días sobre posiciones serbias en torno el enclave de Bihac es de tal magnitud que Karadzic declaró ayer el "estado de guerra" en la zona de operaciones de la Segunda Guarnición del Ejército serbio de Bosnia.
"En dicho territorio se aplicará la legislación bélica y se suspenderán todas los permisos de los que prestan el servicio militar, quienes deberán presentarse en sus unidades, a más tardar, en la medianoche del 30 de octubre", según un comunicado transmitido por la agencia serbobosnia Srna.
Karadzic ha anunciado una "aniquiladora contraofensiva" serbia en los frentes de Bosnia occidental, en los que sus tropas perdieron a lo largo de la semana pasada más de 200 kilómetros cuadrados de territorio.
El comunicado del líder serbio informa de que "en todo el territorio de la República Serbia (de Bosnia) se eleva al nivel máximo el grado de disposición combativa para las demás guarniciones, la aviación y la defensa, antiaérea".
La ofensiva bosnia ha paralizado de nuevo el suministro de los cascos azules en los enclaves musulmanes situados dentro de territorio serbio bosnio. Un total de 17 convoyes con 300 toneladas de combustible permanecían anoche detenidos.
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