El nuevo grupo de siderurgia integral recibirá 667.000 millones de ayuda

La creación de un nuevo grupo de siderurgia integral fue aprobada finalmente ayer por el Consejo de Ministros. El Gobierno pone así en marcha de manera definitiva el plan de competitividad de la siderurgia española, aprobado por la Comisión Europea en diciembre de 1993 tras largas negociaciones con Madrid. El nuevo grupo, que se espera comience a dar beneficios en 1996, recibirá una ayuda de 667.025 millones hasta el año 2000, según explicó ayer el ministro portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba, al término del consejo. Pero el fracaso de la reestructuración de la siderurgia en Europa amenaza con impedirlo.

Es la segunda oportunidad que Bruselas y Madrid dan a esta industria, que ya sufrió una costosa reestructuración a principios de los ochenta en términos de empleos y de ayudas públicas. Según el plan de competitividad, el nuevo grupo siderúrgico recibirá entre 1995 y el año 2000 la cantidad de 667.025 millones de pesetas para configurar su nueva estructura. Supondrá la pérdida de 11.800 puestos de trabajo en el sector (en la actualidad hay unos 27.000 empleos) al reducirse considerablemente la capacidad de producción -casi 2 millones de toneladas para dejarla en 4,5 millones-.Así, la Corporación Siderúrgica Integral, con sus sociedades filiales, Altos Hornos de Vizcaya (AHV) y Ensidesa, se constituirá en torno a cuatro sociedades públicas que separan las actividades: la matriz y tres filiales que se dedicarán respectivamente a la producción de productos largos, planos y transformados.

La 'miniacería' de Sestao

AHV y Ensidesa dependerán de la CSI hasta que cesen en su actividad. La gran novedad del plan es la creación de la miniacería de Sestao, el sector productivo más dinámico del sector en la actualidad,. que "supondrá una inversión de 100.000 millones en Asturias", según explicó Pérez Rubalcaba.Pero el éxito del plan de competitividad español no depende sólo de las ayudas y los recortes de la producción previstos. De poco puede servir este esfuerzo si el resto de los competidores europeos, privados y públicos, no hacen también recortes en sus producciones.

Por el momento y tras dos años de intensas negociaciones, la Comisión Europea ha tirado la toalla en su lucha por conseguir una reestructuración global europea. Bruselas ha dado por fracasado el ajuste pues de los planes aprobados hasta ahora -España, Bélgica, Francia y Alemania- sóló se consigue reducir la producción en 16,2 millones frente a un mínimo previsto de 19 millones. Los principales responsables de este fracaso han sido Italia, que se resistió a aceptar los recortes sugeridos por Bruselas a cambio de la ayuda permitida, y los productores privados, que no han presentado ninguna oferta de reducción. La Comisión anunció el pasado miércoles su decisión de suspender las ayudas a la siderurgia, salvo las sociales -las relacionadas con el ajuste de plantilla-, para castigar a la industria por su negativa a reducir la producción.

Precisamente, el Parlamento Europeo reprobó ayer a la Comisión Europea el abandono del plan de reestructuración sin consultar a la Cámara, informa . Los eurodiputados pidieron la apertura de una nueva ronda de negociaciones con el sector y criticaron a las empresas que han incumplido sus compromisos de recortes, impidiendo que se estabilice el mercado y provocando graves perjuicios en las que ya han iniciado planes de reestructuración.