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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Hipotésis irlandesa

EL PROCESO de paz en Irlanda del Norte se basa en una certeza, una hipótesis y (al menos) un equívoco. Certeza de que los ciudadanos están hartos de la violencia y de que los partidarios de la convivencia en paz son mayoritarios en ambas comunidades. Así lo reflejan las encuestas, pero también las elecciones. Los dos partidos extremistas, el Sinn Fein por el lado nacionalista y el partido del reverendo Paisley por el unionista, obtuvieron en las últimas elecciones el 11% y el 13% de los sufragios. Los partidos moderados de ambas comunidades, el 23,5% y el 34,5%.La hipótesis: que la suspensión del terrorismo de los paramilitares de ambas partes favorecerá la flexibilización de las posiciones y estimulará una dinámica de acuerdo y colaboración de la que surgirán soluciones donde parecían imposibles. El equívoco se refiere a la interpretación que unos y otros hacen del principio de autodeterminación: para los unionistas, garantía de que no habrá modificación del statu quo sin su asentimiento; para losnacionalistas, reconocimiento de su derecho a la reunificación de la isla.

La ausencia de atentados del IRA obligó a los paramilitares unionistas a sumarse a la tregua por temor a quedar descolgados del proceso; a su vez, ello permite a Londres asociar al nacionalismo radical a una negociación con el conjunto de las fuerzas representativas sobre el estatuto futuro del Ulster; participación condicionada, en todo caso, a la entrega de las armas. Esa negociación versaría sobre la estructura política interna del Ulster y sobre las relaciones de ese territorio con el Reino Unido y la República de Irlanda. Respecto a lo primero, ya existe un documento británico proponiendo la restitución del Parlamento regional, que fue disuelto en 1975. Sobre lo segundo, negocian un texto Londres y Dublín.

Pero más importantes que esos avances son los pasos dados en la cooperación: entre las dos Irlandas y, en perspectiva, entre las dos comunidades del Norte. A comienzos de diciembre -es decir, cuando se cumplan tres meses de tregua del IRA - se celebrará, en el marco de una iniciativa de la Unión Europea, una conferencia económica sobre programas de inversión en la región. Y ya desde ahora Major anuncia la reapertura de las carreteras transfronterizas, clausuradas hace 20 años a causa del terrorismo. Para los nacionalistas no extremistas, el establecimiento de todo tipo de lazos entre el norte y el sur es positivo porque supone la superación de la división establecida hace 70 años. Para los unionistas moderados, esa relación económica y social hace pasar a segundo plano la cuestión política y toma innecesaria la modificación de la. actual situación. Esa ambigüedad permite proseguir el proceso de paz; y los ciudadanos, la mayoría de la población, se están acostumbrando a vivir sin temor al estallido de las bombas, y aprecian eso más que cualquier otra cosa.

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