El Gobierno de Dublín ordena la detención de los extremistas opuestos al proceso de paz en el Uster
El Gobierno irlandés dio ayer una clara muestra de su determinación en la consolidación del proceso de paz en Irlanda el Norte al ordenar una amplia operación policial en 50 localidades de la república contra miembros de sectores republicanos no afines al IRA. Pese a la falta de datos concretos sobre una acción en la que se vieron implicados centenares de policías, ayer trascendió que se habían practicado varias detenciones; entre ellas, la de un alto dirigente del Ejército Nacional de Liberación Irlandés (INLA). Tommy McKearney
Tommy McKearney, arrestado por la policía en el condado Monaghan, es un histórico del movimiento republicano. Fue miembro del IRA hasta mediados de los años ochenta y uno de los líderes de la huelga de hambre de los presos de la organización en 1980. Posteriormente abandonó el grupo. Se le considera uno de los cerebros del INLA, una escisión por la izquierda de los provisionales del IRA.El INLA es el único de los grupos armados del Ulster que no ha mencionado la posibilidad de aceptar un alto el fuego. La policía la define como "la más imprevisible y audaz" de las organizaciones clandestinas republicanas que luchan por la unión del Ulster a la República de Irlanda, y como tal ha reivindicado numerosas acciones terroristas, entre ellas la muerte de siete protestantes desde comienzos de año. Uno de sus atentados más sonados fue el perpetrado el 6 de diciembre de 1992 en una discoteca de Ballykelly, que ocasionó 17 muertos, entre ellos 11 soldados británicos. También reivindicó el asesinato en 1979, en el estacionamiento subterráneo de la Cámara de los Comunes, de Airey Neave, el entonces portavoz del Partido Conservador británico para asuntos del Ulster, y un estrecho colaborador de la entonces primera ministra Margaret Thatcher.
La operación policial en Dublín coincidió con la segunda jornada de visita oficial del primer ministro británico, John Major, a Irlanda del Norte. El día anterior y ante una audiencia de hombres de negocios, Major había anunciado el espaldarazo definitivo de su Gobierno a un proceso de paz que se vislumbra como largo y complejo.
Ayer, el presidente del partido mayoritario protestante en el Ulster, James Molyneaux, aplaudió también la decisión de Major de aceptar el alto el fuego del IRA como permanente e impulsar las conversaciones con el Sinn Fein. Para Molyneaux, no obstante, lo más importante de lo dicho por el primer ministro británico se refiere a la organización de una futura asamblea que permita un autogobierno.
El discurso del viernes de Major, pese a sus intentos de equilibrio en torno a las dos sensibilidades que conviven con tantas fricciones en Irlanda del Norte, gustó más a los nacionalistas, partidarios de una Irlanda unida, que a los protestantes, partidarios de seguir formando parte del Reino Unido.
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