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LA NUEVA LEY DE ARRENDAMIENTOS.

Vivir de alquiler

La normativa de arrendamientos urbanos revoluciona un mercado caracterizado por fuertes desequilibrios

Jesús A. tiene su corazón dividido. No sabe si reír o llorar. Y la causa de su desasosiego es algo tan alejado del mundo de los sentimientos como la LAU. Sí, la nueva Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que a partir del próximo año afectará a millones de españoles por activa o por pasiva. O sea, por propietarios o por inquilinos, o como Jesús: por ambas cosas a la vez. De ahí su inquietud.Jesús sabe que a partir del año que viene pagará más por la vivienda que habita desde hace 27 años en una céntrica calle de Valencia, y le tiene preocupado, aunque sabe que es justo. No es que el piso vaya a ponerse a precio de mercado, lo que supondría una carga insostenible, no. Es que sus propietarios van a poder recuperar el IPC perdido desde que se lo alquilaron. Tampoco va a quedarse nadie en la calle. Si él fallece, su mujer podrá subrogarse en el contrato. Y si su hija, por cualquier desgracia, se queda sola antes de los 25 años, también.

Pero Jesús anda echando cuentas porque la ley sólo le da cinco años para actualizar la renta que paga ahora, ya que entre él y su mujer ganan más de 4,6 millones de pesetas al año, y eso le parece poco plazo. Sin embargo, le consuela saber que en cinco años podrá disponer del despacho que hace más de 30 años su padre, ya fallecido, alquiló a un bufete de abogados. Para el año 2000 lo habrá recuperado, y hasta entonces irá actualizando la renta. El despacho forma parte de la herencia que recibieron

Jesús y sus hermanos, igual que el local del que goza en alquiler desde 1952 un próspero tendero y de un piso que habita "desde tiempo inmemorial" un jubilado. Ni de lo uno ni de lo otro, piensa Jesús, sacaran gran cosa.

De momento, al jubilado, como tiene pocos ingresos, no le actualizarán la renta. Su alquiler subirá el IPC de este año, es decir, que en 1995 las 200 pesetas de renta que paga desde siempre, serán unas 209 aproximadamente. Pero Jesús y sus hermanos podrán inscribirse en un censo específico que creará el Ministerio de Obras Públicas para obtener desgravaciones fiscales en compensación. Aunque aún no se sabe ni su cuantía ni su modalidad. "Menos mal", piensa Jesús, que el pobre de don Julián, el jubilado, vive solo". Cuando falte, ese piso, con unos arreglos, podrá alquilarse en un precio mas parecido al de mercado, con subidas anuales, y cada cinco anos podrá renegociarse el contrato, o se extinguirá.

Lo del local es otro cantar. Jesús podrá actualizar la renta del prospero tendero, que lo es, en 10 años, el doble de tiempo de lo que le dieron a él para actualizar la de su piso. Pero lo que más le va a costar es poder disponer del local. El tendero actual podrá seguir allí hasta que se muera o se jubile; entonces su mujer podrá subrogarse en el contrato para continuar el negocio, y existe la posibilidad de que luego también lo haga su hijo, si para entonces no han pasado 20 años desde el primero de enero de 1995. En total, el siglo que viene. La nueva LAU -pendiente aún de su último paso por el Congreso tras haberse debatido en el Senado el pasado miércoles- va a remover un statu quo mantenido durante muchos años. Y ése es su mayor valor. A juicio de los especialistas, y en lo que se refiere al régimen transitorio -todo lo que afecta a contratos actualmente en vigor-, es sumamente compleja, pero difícilmente podía ser de otra forma, argumentan en el Ministerio de Obras Públicas, si no se querían crear situaciones de necesidad.

El titular del departamento, José Borrell, ha empeñado casi cuatro años en buscar el mayor consenso posible y al final ha conseguido una ley que pretende que sea perdurable y estimule la inversión en el mercado de alquiler en España, el más pequeño de toda la Unión Europea, y en el que se dan los dos extremos: mientras más de la mitad de los contratos tienen rentas sin actualizar, la actual oferta es inalcanzable por sus altos precios.

"La LAU es buena, ya que desbloquea situaciones enquistadas. Y muy buena si se piensa en los futuros contratos", dice Pedro Gamero, vicepresidente de Vallehermoso, una de las inmobiliarias españolas con mayor parque de alquiler -650.000 metros cuadrados-. Según Gamero, la nueva ley es un proyecto equilibrado que estimulará un sector caracterizado por su franco declive. Según los datos oficiales, el parque de viviendas en alquiler ha pasado de suponer un 30% del total de viviendas en 1970 a menos del 15% en al actualidad. España tiene el porcentaje de viviendas principales en alquiler más bajo de la UE, al tiempo que es también el país con más viviendas desocupadas. La mitad de las viviendas en alquiler se construyeron antes de 1960 y sólo el 35,9% se conservan en buen estado, frente al 52,7% de las viviendas en propiedad.

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