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RELIGION

Una catalana y una andaluza, proclamadas nuevas beatas por el Papa

La catalana María Rafols, fundadora de las Hermanas de la Caridad, y la andaluza Ana Josefa Pérez Florido, fundadora de las Madres de Desamparados, son las dos nuevas beatas españolas que el Papa Juan Pablo elevó ayer a los altares, en el contexto del Sínodo sobre la vida consagrada y coincidiendo con el 16 aniversario de su pontificado.Los cinco beatos proclamados ayer son religiosas y religiosos que destacaron en el cumplimientos de los tres votos de obediencia, castidad y pobreza, pero sobre todo por sus vidas de entrega a los necesitados. Un jesuíta: chileno, Alberto Hurtado Cruchaga, nacido en Viña del Mar hace 93 años; una italiana, Giuseppina Vanini, nacida en Roma en 1859, cofundadora, con el padre Luigi Tezza, de la Congregación de las Hijas de San Camilo, y el francés Nicolas Roland, nacido en Reims en 1642, padre espiritual de San Juan Bautista de La Salle, completan los nuevos beatos.

Cerca de 8.000 españoles, más de la mitad de ellos. procedentes de Aragón, confluyeron entre. los fieles que siguieron la. ceremonia de beatificación celebrada en la Plaza de San Pedro.

Juan Pablo II, que presidió la celebración de la misa y del acto, glosó las virtudes de los nuevo s beatos y afirmó, durante el Angelus, que, gracias a su ejemplo, "la vida consagrada aparece en su sentido más profundo, que no es la renuncia sino el amor, o mejor la renuncia por amor".

Autonomía órdenes

En el Sínodo sobre la vida consagrada que se está celebrando ahora en Roma, se oyen frecuentes voces reivindicativas de la autonomía. de las órdenes y de un mayor papel de las mujeres en el seno de las estructuras eclesiales, a las que destacados elementos de la curia vaticana, como el cardenal Fiorenzo Angelini o el secretarlo de Estado, Angelo Sodano, han opuesto discursos de corte tradicionalista y cerrado.Sodano comentó ayer, en una entrevista a una cadena de televisión, el aniversario del pontificado de Juan Pablo II: " Son 16 años que han marcado realmente la. historia de la Iglesia contemporánea, y ello agiganta su figura y lo presenta como 'magno'. Hemos tenido Gregorio Magno y León Magno. Yo creo que Juan Pablo II pasará a la historia como el grande".

María Rafols nació en Villafranca del Penedés, en 1781, como hija de un molinero que, viendo en ella grandes cualidades, logró hacerla estudiar, interna, en un colegio religioso de Barcelona. Allí conoció al sacerdote Juan Bonal, que la incluyó en un grupo de 12 jóvenes dedicados a trabajar en hospitales. La vida de apostolado de la beata Rafols transcurrió en Zaragoza, donde se estableció en 1804. Vivió el Sitio con pasión y entrega -"expuso su vida para salvar a enfermos y heridos", dicen sus biógrafos- que le valieron el título de Heroína de la Caridad dado por la ciudad de Zarazoga en la conmemoración del centario. En esa ciudad pasó casi el resto de su vida dedicada al cuidado de los niños abandonados. Las constituciones de las Hermanas de la Caridad fueron aprobadas por la autoridad eclesiástica en 1824. En 1834 sufrió, sin embargo, varios meses de exilio en Huesca, condenada por una acusación, que los biógrafos consideran calumniosa, de complicidad con el carlismo. Murió el 30 de agosto de 1853.

La Madre Petra de San José, nombre de monja de Ana Josefa Pérez Florido, nació en Valle de Abdalajís, (Málaga) en 1845. Sus Madres de los Desamparados fueron oficialmente aprobadas en 1880. Se dedican también a atender a los necesitados. La fundadora falleció en 1906, tras recorrer todo el Levante español ensalzando la devoción a San José y fundando conventos.

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