Complejidad euskalduna
UNA FRAGMENTACIÓN muy superior a la de otras comunidades seguirá caracterizando al Parlamento vasco si se confirman en las elecciones del próximo domingo los resultados del sondeo que hoy publica EL PAIS. En Galicia son tres los partidos con representación parlamentaria, cuatro en Andalucía, cinco en Cataluña. En Vitoria, la previsible irrupción de Izquierda Unida hace que, pese a la desaparición de Euskadiko Ezkerra, obtengan representación hasta siete fuerzas políticas, todas con posibilidad de formar grupo parlamentario.Esa fragmentación refleja el cruce de líneas que definen la compleja identidad de la sociedad vasca actual, desautorizando cualquier pretensión de monopolio. Hay ciudadanos nacionalistas y otros que carecen de especiales emociones nacionales, gente más orientada a la derecha o a la izquierda, y hasta personas que se definen en primer lugar por su pertenencia a una provincia u otra. El resultado de esta fragmentación se refleja en que el partido que se perfila como ganador, el PNV -en el Gobierno desde 1980-, puede recoger apenas un tercio del voto, que equivale a la quinta parte del censo. Es un apoyo menor al que, por ejemplo, cose chó en las últimas elecciones generales el partido que quedó en segundo lugar.
Pese a ello, el PNV puede doblar ahora en número de escaños a la siguiente fuerza, el PSE-PSOE. Está claro que el partido de Arzalluz ha conseguido rentabilizar a su favor la coalición con los socialistas. Pero su crecimiento es consecuencia, sobre todo, de dos elementos: la dinámica de reagrupamiento nacionalista y superación de la escisión de Garaikoetxea en 1986; y el prestigio de su candidato, Ardanza, que es el líder preferido incluso por una parte considerable de los electores de otros partidos.
Los socialistas siempre obtienen en Euskadi peores resultados en las autonómicas que en las elecciones generales o europeas, pero desde 1980, en que ocuparon el tercer lugar, tras Herri Batasuna nunca habían retrocedido tanto como ahora se pronostica. Ese retroceso obedece seguramente más a factores de política nacional que específicamente vasca. Uno de esos factores puede ser que el afianzamiento del Partido Popular (PP) como alternativa en el ámbito nacional devuelve a esa fuerza el apoyo de un sector del centro derecha que durante los años ochenta se refugió en el PSOE por considerarlo el voto útil no nacionalista.
El anunciado ascenso de Izquierda Unida es el dato más espectacular, confirmado por otros sondeos. Seguramente recoge buena parte del voto del sector menos nacionalista de Euskadiko Ezkerra, pero también de Herri Batasuna (HB) y del PSOE. La presencia de un pacifista al frente de su candidatura es seguramente un factor decisivo en la decantación de sectores heterogéneos, especialmente juveniles, hacia este partido. Herri Batasuna prosigue su lento declive, no espectacular, pero sí continuado desde fines de los ochenta.
Con los datos del sondeo en la mano no es seguro que una combinación PNV-PSOE alcanzase la mayoría absoluta; pero el PNV ya gobernó sin tenerla, entre 1980 y 1986, aprovechando la ausencia de HB de la Cámara. Un sector del PSOE se muestra reacio a repetir alianza ante la evidencia de que sobre su partido recae todo el desgaste de la coalición. Por eso. es posible que el PNV intente algún acuerdo con el PP; al menos, que presione sobre los socialistas con la posibilidad de ese acuerdo.
El sondeo ofrece también informaciones de interés sobre la evolución de la sociedad vasca desde las anteriores elecciones autonómicas. El retroceso del independentismo explícito -que ahora coincide con el de votantes de HB: 15%- es compatible con el crecimiento de quienes aspiran a una autonomía más amplia. La percepción de que el problema de la violencia no se ha agravado, sino, Por el contrario, es menor se traduce en que aumenta considerablemente el porcentaje de ciudadanos que considera mejor combatir a ETA con medidas políticas que policiales y defiende tanto los contactos con ETA como la política de reinserción de presos etarras.
Euskadi es una sociedad mucho más compleja y, plural de lo que pretenden algunos de sus líderes. El reconocimiento de este hecho por todos ya sería un buen paso hacia la solución de los problemas -los reales- que tiene la sociedad vasca.
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