El Rey alaba la ayuda de Japón a países pobres

Don Juan Carlos se deshizo anoche en elogios a Japón ante el emperador Aldhito. El Rey dijo que Japón es una potencia que sabe combinar una "tradición milenaria" con las "exigencias de nuestro tiempo". El jefe del Estado destacó la ayuda de ese país a otros que sufren "pobreza e ignorancia". Tras una estancia privada de casi dos días en Mallorca, los titulares del Trono del Crísantemo iniciaron ayer su primera visita oficial a España.

"Representáis", declaró de entrada don Juan Carlos en el discurso que pronunció en la cena de gala que ofreció a su huésped, "el ser de Japón, su lugar en el mundo, la siembra de su prosperidad, su importancia creciente en el continente asiático y en el mundo".Antes de levantar su copa, el monarca español resaltó también la capacidad de "innovación tecnológica" de Japón, su "crecimiento económico, la asunción de responsabilidades internacionales, el apoyo a decisiones de Naciones Unidas y la apertura a un esfuerzo coordinado en favor de quienes padecen situaciones de pobreza, injusticia e ignorancia". "Japón es ya uno de los países que más ayuda proporciona a otras naciones menos desarrolladas", subrayó.

Tanto Japón como España desean "un mayor papel en las responsabilidades de nuestro mundo", afirmó el Rey antes de reconocer que el imperio del sol naciente había acumulado méritos estos últimos tiempos. Don Juan Carlos, sin embargo, evitó -al contrario que los anfitriones de otros. países que Akihito ha visitado- indicar que ello debería acarrear una mayor presencia de Japón en algunas organizaciones internacionales.

El jefe de Estado español se desmarcó así implícitamente de la principal reivindicación de la política exterior de Tokio, junto con las islas Kuriles: acceder como miembro permanente al Consejo de Seguridad de la ONU. Algunos altos funcionanos nipones que forman parte del séquito imperial celebraron precisamente ayer un almuerzo con la prensa española a la que explicaron largo y tendido ese objetivo de la diplomacia nipona. Reconocieron que aunque Akihito es apolítico sus viajes coinciden con las prioridades de la política exterior de Japón, de ahí que España pueda sentirse satisfecha al haber sido uno de los cinco países elegidos.

La respuesta del Tenno (Hijo del cielo) al discurso real fue mucho más protocolaria. Antes de levantar su copa por "la felicidad y desarrollo del pueblo español", resaltó que, desde el acceso al trono de don Juan Carlos, España dio "grandes pasos en el camino de la construcción de una nación democrática". En consecuencia, su anfitrión le inspira "un hondo sentimiento de respeto por haber logrado superar los momentos de severa dificultad".

Como ya ocurrió en Palma de Mallorca el sábado, la pareja imperial departió brevemente a su llegada ayer al aeropuerto de Barajas con un grupo de compatriotas, esta vez niños. Se desplazó después a su residencia, el palacio de El Pardo; acudió a continuación a un almuerzo con los Reyes en otro palacio, esta vez el de La Zarzuela. Por la tarde tomó un té con la reina Beatriz de los Países Bajos, que viajó a Madrid para inaugurar una exposición en el Museo Thyssen sobre paisajes de Holanda.