El grupo de Shanghai
El régimen chino no está tan sólidamente asentado como intentaba demostrar la espectacular fiesta del 1 de octubre en la plaza de Tiananmen ni como proclamaban las consignas oficiales en la reunión del pleno del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh) celebrado días antes. Deng Xiaoping tiene 90 años y, últimamente, parece que mal. llevados. Según informaciones imposibles de confirmar recogidas por la prensa de Hong Kong, el hombre fuerte de China ya no lo es en la práctica, y su deificación, hasta extremos que empiezan a recordar el culto a la personalidad de Mao, es síntoma de que ya se está librando, larvadamente, la lucha por su sucesión.Aparentemente, todo está atado y bien atado. Jiang Zemin es el sucesor designado, desde su posición al frente del PCCh, del Estado y de la comisión militar. El mayor peligro es que a la muerte de Deng estallen las contradicciones de una reforma económica capitalista, a veces incontrolable, que coexiste con el férreo ejercicio del poder absoluto del PCCh.
El pleno del Comité Central confirmó a Jiang como sucesor, quitó el voto en el Politburó a algunos ancianos dirigentes que podían hacerle sombra, como el ex presidente Yang Shangkun, y fortaleció las posiciones de lo que ya se conoce como el grupo de Shanghai. Jiang Zemin y el viceprimer ministro Zhu Rongji fueron alcaldes de esa populosa ciudad, novia de todas las potencias que quisieron adueñarse de China desde finales del siglo pasado hasta la toma del poder por los comunistas en 1949. De allí llegaron también a Pekín el ministro de Exteriores, Qian Qichen, y el presidente de la Asamblea Popular Nacional, Qiao, Shi. Además, el jefe del partido en Shanghai, Wu Banguo, ha sido promovido a secretariado del Comité Central y el actual alcalde, Huang Juwon, ha sido nombrado miembro de pleno derecho del Politburó.
Todo ello conforma un liderazgo compacto que, sin embargo, no aclara una incógnita: la posición del Ejército que, en opinión de muchos analistas, será la que decida de qué lado cae la balanza del poder a la muerte de Deng Xiaoping.
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