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17 escuelas populares esperan tener sitio en los colegios fuera de horario

La nueva medida propuesta por el Ministerio de Educación de abrir los colegios públicos a los barrios fuera del horario lectivo ha encendido una luz de esperanza en las 17 escuelas populares de la ciudad. La mayor parte de estos centros, basados en la participación y el trabajo voluntario, realizan su labor en locales prestados. Dos mil adultos, el 90% mujeres, acuden a estas aulas nacidas hace dos décadas y cuya tarea está reconocida oficialmente. "Pero ese reconocimiento no nos soluciona los problemas de espacio que sufrimos", denuncia la Federación de Escuelas Populares de Adultos de Madrid (FEPAM).

La nueva medida -una de las 77 propuestas hace un año por el ministro de Educación, Gustavo Suárez Pertierra, para mejorar la calidad de la enseñanza- les viene como anillo al dedo a las escuelas populares. "Podría ayudarnos a contar con espacios adecuados, pero no es fácil vencer la oposición en algunos claustros para abrir los colegios fuera del horario lectivo", asegura Maribel Giraldez, presidenta de la FEPAM y miembro de la escuela del barrio de Oporto.

Estas escuelas nacieron en su momento al amparo del movimiento vecinal para llenar huecos de la educación de adultos en los barrios. Ahora se definen como "una alternativa a los centros oficiales".

Los monitores son voluntarios que acuden a estos centros sin percibir un duro. No sólo no cobran, sino que pagan una modesta cuota de mantenimiento, como todos los alumnos menos los parados. Unos y otros, por medio de asambleas y comisiones, se encargan del mantenimiento del centro y deciden cómo se va a desarrollar el curso.

Prosperidad

Siete escuelas tienen homologados sus títulos por el Ministerio de Educación y Ciencia.De las 17 escuelas, seis desarrollan sus actividades en locales prestados por parroquias y colegios religiosos. Pero, paradójicamente, una de las más antiguas y con mayor numero de alumnos, la escuela de Prosperidad, está amenazada de desalojó por parte del Arzobispado, propietario del edificio que ocupa, este. centro. Algunas imparten ya clases en colegios públicos del barrio. "Pero a fuerza de tener amigos entre el profesorado y de insistir mucho", se quejan los, representantes de la FEPAM.

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