Una orquesta formidable

Para inaugurar su nuevo curso, la Asociación Filarmónica de Madrid ha traido a la excepcional Orquesta Sinfónica de la Radio de Tokio (NHK), di rigida por Elialiu Inbal. En el programa, un solo autor y una sola obra: la Sinfonía número 9 en re menor, de Gustav Mahler. La Orquesta NHK es formidable, en su conjunto y en todos sus grupos y secciones. Asombra la dulzura de trombones y tuba, el empaste de las trompas, el virtuosismo de los contrabajos y el calor de unos arcos superexpresivos.En el movimiento final, uno de los más hermosos adagios concebidos por Mahler, los músicos japoneses alcanzaron cotas fuera de serie al servir con máxima pasión ese conmovedor adiós del autor de la Canción de la tierra quien, en el tercer movimiento, practicó un contrapuntismo espectacular; el excelso tiempo inicial, con su fragmentación temática y su anhelante discontinuidad, anuncia la modernidad o nos la descubre en estado latente. En el sinfonismo mahleriano se alza, con rara potencia, el valor supremo del color orquestal sentido como algo sustantivo y tratado como elemento estructural.

Son muchos los problemas que una obra como la Novena reserva a sus intérpretes. Todos quedaron resueltos por el criterio del director Inbal -seguro, desentrañador, comunicativo- y las cualidades de una orquesta que sabe escucharse, ligar con tensión, redondear sus fuertes y tornar transparentes sus pianos. El éxito fue unánime y entusiasta.