Un taxista muere a puñaladas en Argada

El taxímetro marcaba 850 pesetas. Ése fue el p recio. de la carrera que condujo al taxista Tomás Martín Montoya, de 60 años, hasta la muerte. Su cadáver, brutalmente apuñalado, fue descubierto a las tres de la tarde de ayer por dos electricistas municipales durante una operación de búsqueda.

El cuerpo yacía entre unos arbustos en un descampado situado a unos tres kilómetros de Arganda del Rey (27.000 habitantes). Pocas horas antes se había descubierto en las afueras del municipio su vehículo. En el interior había restos de sangre. La caja con la recaudación había desaparecido. Este hecho apunta a que el homicidio fue perpetrado durante la comisión de un robo.

La desaparición de Montoya fue denunciada por su familia -tenía mujer y cuatro hijos- en la madrugada de ayer. Las primeras hipótesis sostienen que los homicidas subieron al taxi en Arganda y que al llegar al descampado le robaron y mataron. Allí, según esta interpretación, arrojaron el cuerpo. Después condujeron el taxi hasta las afueras de Arganda y lo abandonaron. La mayor duda, sin embargo, surge del propio botín. La recaudación por la que supuestamente mataron al taxista difícilmente podía superar las 5.000 pesetas, informa Isabel Fernández. Muy poco dinero para tanta sangre.