Todos los sondeos vaticinan el triunfo del socialdemócrata Cardoso en Brasil
El arzobispo de Sáo Paulo, quien casi en la blasfemia gusta decir que "ni el Espíritu Santo sabe a quién voy a votar", anticipa que después de las elecciones de mañana, Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inacio da Silva, principales aspirantes a la presidencia de Brasil, acabarán reencontrándose cuando se forme Gobierno porque ambos proceden de la izquierda. Todos los sondeos vaticinan el triunfo de Cardoso, el candidato socialdemócrata.
La mayoría de personas consultadas en el último muestreo de Gallup cree que el socialdemócrata Cardoso será quien, nuevamente, gane en la primer vuelta con el 45,7% de los votos contra el 22,8% de Luiz Inacio, Lula, da Silva, candidato del Partido del Trabajo. Los otros seis candidatos no tienen posibilidades.La conciliación prevista por el prelado, que es amigo de los dos favoritos, fue insinuada por ellos mismos durante los últimos actos de la campaña previa a los mayores comicios de la historia brasileña porque decidirán el presidente y vicepresidente de la República, los gobernadores de los 27 estados, la totalidad de los diputados federales y estatales y dos tercios del Senado.
El ex sindicalista Lula da Silva, de 48 años, que en un discurso consideró -"muy bestias o muy expertos a quienes vayan a votar a los ricos", se mostró más moderado en la última conferencia de prensa y de sus palabras se deduce que, en principio, su oposición, no será radical: colaborará en los esfuerzos oficiales contra la inflación, controlada por el Plan Real establecido el pasado julio por el Gobierno de Itamar Franco, valedor de la candidatura de Cardoso, de 63 años.
Respecto a la privatización de las empresas públicas, aspecto fundamental del programa de Cardoso, el candidato del Partido de los Trabajadores se refirió de forma negativa al proceso argentino. "Tenemos que tener cuidado para que en Brasil no ocurra como en Argentina, claro ejemplo de cómo las privatizaciónes no resultan socialmente positivas".
Paulo Evaristo Arris, arzobispo de Sâo Paulo, en un planteamiento coincidente con el de muchos analistas, sostiene que "quienquiera que gane necesitará del otro. Se van a encontrar porque ellos están en la misma banda, que antes se llamaba izquierda pero ahora prefiero llamar popular".
Sin embargo, la alianza del Partido Social Demócrata (PSDB) con el conservador Partido del Frente Liberal (PFL) fue uno de los aspectos más atacados por Lula. Cardoso aseguró que el PFL apoya los cambios previstos en las estructuras brasileñas y no puede ser tildado de reaccionario al haber contribuido en su día a la caida de la dictadura. "Nombraré a los ministros más competentes, independientemente de su militancia", dijo. Niega también que vaya a ser engullido por el sector más rancio de los liberales. "Soy muy indigesto".
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