El G-7 acuerda vigilar la inflación y el gasto público para evitar subidas de tipos de interés
El Grupo de los Siete vigilará de cerca el crecimiento económico en curso para evitar subidas de precios y continuará con la reducción de sus déficit públicos. Es el mensaje que los siete países más ricos de la Tierra, reunidos informalmente ayer en Madrid, lanzan a los nerviosos mercados donde los temores inflacionistas han provocado fuertes subidas de los tipos de interés a largo plazo. El G-7 cree que las perspectivas económicas de los países industrializados son excelentes. Pero no por _ello bajará la guardia. Al contrario, ha decidido estrechar su cooperación para evitar cualquier desajuste que amenace la buena salud del crecimiento. Para ello, fortalecerán el papel de los gobernadores de los bancos centrales en sus decisiones. "Las cosas están mucho mejor de lo que han estado en mucho tiempo. Las perspectivas de crecimiento han mejorado notablemente. La inflación está bajo control. El comercio se ha triplicado en quince años y ahora se espera que crezca a un ritmo muy superior al de los últimos cinco años". Este es el diagnóstico de la situación económica mundial que hizo el secretario del Tesoro estadounidense, Lloyd Bentsen, en nombre del Grupo de los Siete (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Japón). El vuelco que ha dado la economía internacional en menos de dos años se debe a la reducción del déficit público en EEUU, la bajada de tipos en Europa y el aumento de la demanda de consumo en Japón, explicó Bentsen al término de la reunión de más de seis horas que el G-7 celebró en un hotel madrileño paralelamente a la asamblea del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.El gran reto en este contexto más favorable es convertir esta recuperación en una expansión sana y duradera que cree empleos, dijo el representante estadounidense. En este sentido, los representantes italianos con Lamberto Dini, ministro de Finanzas a la cabeza expresaron en conferencia de prensa la preocupación que existía por el desempleo en Europa. La subida de los tipos de interés reales (descontada la inflación) a largo plazo es una de las principales preocupaciones del G-7. Los temores a que la recuperación presionara al alza los precios han provocado este año subidas de los tipos en los mercados de deuda estadounidense y europeos. Para calmar estas tensiones, señaló el se cretario del Tesoro estadounidense, los Siete reafirman su compromiso de cooperar para vigilar de cerca cualquier amena za inflacionista y de continuar con la reducción del gasto público. En esta línea, el G-7 ha pedido al FMI que tome un papel más activo en indentificar posibles desajustes que amenacen al crecimiento.
Con el mismo fin, los siete países más ricos quieren fortalecer el papel de los bancos centrales en Sus decisiones. También han pedido al G-10 que revise el impacto que está teniendo sobre los tipos de interés la fuerte demanda de capital y escasez de ahorro en el mundo. Conseguir una mayor creación de empleo con la actual recuperación es otra de las preocupaciones de los países más industrializados, pero no surgieron propuestas concretas de esta reunión.
En lo que respecta a la. polémica surgida en tomo a la propuesta de Michel Camdessus, director gerente del FMI, de lanzar una emisión de derechos especiales de giro (DEGs) -el activo de reserva del Fondo-, el G-7 decidió apoyar unánimemente la propuesta de EEUU y el Reino Unido: limitar la emisión a 16.000 millones de dólares, y no los 50.000 que defiende Camdessus, y destinarla a sólo a los 37 países incorporados desde 1981.
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