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Entrevista:

"La reconquista de la prensa se hará en el campo de las revistas"

El periódico francés Libératión, nacido como "medio alternativo" en 1973, acaba de comenzar una nueva etapa, traducida en una profunda renovación de forma y contenidos. Para ello ha realizado una primera ampliación de capital de 75 millones de francos.

La nueva fórmula de Libération fue lanzada el pasado lunes, día 26. Su director-gerente, Serge July, explica las claves del cambio operado.Pregunta. ¿Por qué este aumento de capital en dos tramos -75 milones de francos ahora y 125 posteriormente- y no 200 millones de francos de un golpe, como estaba previsto?

Respuesta. En primer lugar, somos nosotros los que nos hemos impuesto un plan de aumento del capital de 200 millones de francos de una sola vez. Este aumento se acompaña de un plan de desarrollo de Libération en cinco años, que debería permitirnos alcanzar una difusión de 240.000 ejemplares en 1999 No tenemos necesidad de esos 200 millones inmediatamente. Yo habría preferido cerrar la operación en su totalidad pero cierto número de inversores no deseaban venir de inmediato. De ahí la idea de los dos tramos, el segundo de aquí al final de año.

P. ¿Ha sido un obstáculo la imposibilidad para un accionista de poseer más del 20%?

R. Efectivamente, esas condiciones han podido constituir un obstáculo para ciertos grupos.

P. ¿A que se corresponde la nueva fórmula Libé 3?

R. Hay un cierre de los años 80 marcado por acontecimientos emblemáticos en el plano mundial y por los hechos internos que, como de costumbre en Francia, se traducen -con retraso- en el plano político con la elección presidencial. Estos cambios están ligados a mutaciones muy profundas en materia. cultural y mediática.

En este campo, la conmoción es total. Nuestra televisión ha estado ligada durante mucho tiempo al aparato del Estado. Después, a mediados de los años 80, se produjo un fenómeno que no se dió en ninguna otra parte con tal intensidad: el nacimiento de las televisiones privadas, la aparición de las radios de información continua que viene a sumarse, en Francia, a la potencia, ya original, de las grandes radios generalistas como Europe 1, RTL o France-Inter. Además, desde entonces tenemos acceso también al satélite y al cable. Todo esto se produjo casi al mismo tiempo, en un periodo muy corto. A la vez que se desarrollaba la informática. El fenómeno es mundial, la brusquedad es francesa.

Hoy todo el mundo se dedica a la comunicación: las empresas, los sindicatos..., para modificar una imagen o simplemente para hacer llegar un mensaje. De tal manera que ya no se sabe muy bien lo que es la comunicación y lo que es la información.

Las profundas modificaciones que se han producido nos han obligado a reflexionar sobre nuestra función social y cultural: no se puede hacer un periódico hoy como se hacía ayer. Me atrevo a decir que es así de simple. La casi totalidad de la prensa diaria británica de calidad ha cambiado profundamente en. un año. Estoy convencido de que hay que anticipar el movimiento. Muy deprisa. Por los lectores.

P. ¿Cuáles son, según usted, las debilidades de la prensa francesa?

R. La industria de la prensa está descapitalizada, como el conjunto del capitalismo francés, lo cual impide participar en el desarrollo de los medios. Hasta Robert Hersant tuvo que renunciar a la televisión y a la radio. Pero esto impide, igualmente, proceder a modernizaciones importantes, especialmente en lo que atañe a la informatización redaccional, la impresión y la distribución. Los costes de la prensa diaria en Francia siguen siendo muy altos, aunque tiendan a disminuir. Cuando hayan bajado más, habrá grandes inversiones en la prensa.

Es falso decir que los franceses no leen periódicos. Los franceses sienten pasión por las revistas, porque tratan de manera moderna, a menudo muy sofisticada y a veces exhaustiva, de sociedad y de cultura, pero también de cuestiones concretas. Es una cantinela de Libération desde hace mucho tiempo decir y repetir que la reconquista, en Francia, de la prensa diaria se hará frente a las revistas.

Los grandes artículos del diario The New York Times no se refieren sólo a política extranjera, sino también a los colchones y a las novedades en la materia. Recuerdo haber leído hace unos meses un extraordinario artículo a ese respecto. Hay que ampliar todavía más el campo de intenciones del periódico.

En Francia, el conjunto de los títulos nacionales que conforman la llamada prensa de calidad (Le Figaro, Le Monde, Libération) vende menos de un millón de ejemplares: hay que inventar nuevos lectores.

P. ¿Cuál es el papel de un diario como Libération?

R. Libération es un diario. Proporciona servicios diarios. No los suficientes: pensamos proporcionar muchos más con el Libération 3. Puede parecer una respuesta tautológica, pero es realmente el corazón del problema: hay que dar servicios efectivamente diarios a lectores que tienen problemas muy diferentes.

Pero entiendo que su pregunta está en un plano más social, más cultural, más político. Creo que Libération debe ser más que nunca, en una sociedad disgustada con su imagen, disgustada con ella misma, un periódico ciudadano, un órgano vigilante, útil.

El lector hoy es un lector plural. Ve la televisión, va al cine, escucha France-Info, lee revistas, se interesa por Ruanda pero, al mismo tiempo, puede tener un problema con su colchón, por seguir con el ejemplo ya expuesto de la prensa amen cana. Decir "varios a hacer un periódico único para un lector único" es una idea que corresponde a una sociedad pasada.

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