González insta al FMI a buscar mecanismos que hagan frente a la especulación monetaria
La inestabilidad de los mercados financieros planeó ayer sobre la conferencia que conmemora el 50º aniversario del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, la Conferencia Bretton Woods. El primero en poner este debate sobre la mesa fue el presidente del Gobierno español, Felipe González, quien en la inauguración instó al FMI a buscar fórmulas para hacer frente a la especulación monetaria. "El simple mecanismo del mercado puso en evidencia [en las tormentas monetarias] que la soberanía de una nación, de manera aislada, no tiene medios suficientes para hacer frente a una economía mundializada", dijo.El presidente del Gobierno pidió que los ministros de Economía, los gobernadores de los bancos centrales y los expertos reunidos estos días en Madrid hagan "una reflexión" sobre este problema, que se evidenció en la crisis del mecanismo de cambios europeo desde septiembre de 1992 hasta agosto de 1993 y que, en los últimos meses, se ha concentrado en el yen y el dólar. González aprovechó para ello la celebración de los 50 años del Sistema Monetario Internacional, creado tras las II Guerra Mundial para asegurar la estabilidad cambiaria.
"Hace exactamente dos años la especulación sobre los mercados de divisas provocó, en unas horas, unos movimientos de capitales de tal magnitud que pusieron en peligro, cuando no agotaron, las reservas de divisas de numerosos países", recordó González para argumentar su solicitud al Fondo y a los países participantes en la Asamblea. Sólo el Banco de España vio cómo se reducían sus reservas de divisas cerca de un 40% en su lucha por sostener la peseta contra los ataques del mercado.
González planteó dos espinosos interrogantes a los que no dio respuesta: "Habrá que afrontar cómo hacer compatible la flexibilización de las relaciones laborales y la creación de empleo con el mantenimiento de las sociedades del bienestar; y cómo estimular la iniciativa privada empresarial y prestar atención, a la vez, a los más necesitados".
González dijo hablar desde la perspectiva de la Unión Europea. Con ese ambage propuso a las economías avanzadas destinar más recursos hacia las áreas más necesitadas ya que la crisis se está produciendo "con mayor vigor del que cabía esperar". González subrayó la necesidad de un esfuerzo solidario para que esos fondos creen "las condiciones necesarias para el desarrollo", y no sirvan para aumentar "la riqueza de unos pocos".
El dumping social fue otro de los problemas que planteó el presidente. Se refirió a la integración en el comercio mundial de los países asiáticos y del Pacífico. González destacó la necesidad de que "su inserción en las corrientes mundiales de intercambio comercial" se haga con "respeto" hacia las reglas de aplicación general, "para conseguir unas sociedades más homogéneas y un desarrollo sostenible".
González se congratuló de que el 50º aniversario de Bretton Woods se celebre después del final de la guerra fría, ya que ello permitirá que la reflexión sobre el papel del FMI y Banco Mundial sea "muy distinta". Hace siete años, dijo, "hubiéramos tenido un debate más repleto de connotaciones ideológicas".
El llamamiento de González para buscar una solución que frene la inestabilidad cambiaria fue recogido por el profesor Fred Bergsten, director del Instituto de Economía Internacional Estadounidense. Bergsten propuso un sistema monetario internacional basado en "unas zonas cambiarias objetivo". Se trataría de establecer bandas de fluctuación del 10% para el dólar, yen y el área marco, en la que estaría integrada la peseta junto al resto de divisas europeas. Las autor¡dades mantendrían una estrecha vigilancia para efectuar posibles ajustes en las paridades.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.