Barreras bancarias
Soy una cliente del Banco Central Hispano y habitualmente voy a la sucursal sita en El Bercial (Getafe), que han remodelado recientemente, con puertas de seguridad que detectan metales y encierran a las personas como si se tratase de una pecera.Pues bien, me dispuse a entrar por primera vez en dicha sucursal, después de la remodelación, y llevaba a mi hijo de un mes de edad en su cochecito, pero Cuál sería mi sorpresa cuando veo que el cochecito no cabe en el hueco que dejan las dos puertas citadas, y que el espacio es escasamente para una persona, y no muy gruesa. Del interior me avisan que no puedo entrar con el cochecito, y que no hay posibilidad de acceder a la sucursal.
Intento entrar sin el cochecito, pero al estar entre las dos puertas me dice una voz que llevo algo metálico y no puedo entrar (sería una placa que llevo por una operación, o la hebilla del cinturón). Al ver que no podía entrar salió un empleado. La operación la tuve que realizar desde fuera de la entidad entregando al amable empleado la cartilla del cangurito, pues seguía sin poder acceder a la sucursal.
Me pregunto: ¿qué hubiera pasado con una persona en silla de ruedas o con muletas? ¿Tendría que dejar sus aparatos de ayuda en la puerta de la calle y entrar arrastrándose? La única explicación recibida es que son normas de seguridad de la central y no hay otra forma de acceder a la sucursal.
¿Cuándo vamos a quitar las barreras en este país para que personas como minusválidos, ancianos, niños, etcétera, puedan desarrollar una vida normal?
Con tantas medidas de seguridad estamos creando mayor inseguridad.- María Dolores Durán Blas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.