Bossi considera intolerable la concentración de la RAI en manos de su aliado Berlusconi
"Berlusconi tiene ya seis cadenas televisivas, y esto es intolerable" ha dicho el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, mientras sus adláteres precisan que "la crisis de Gobierno está excluida". Pero la renovación total de la dirección de la RAI, la radiotelevisión estatal italiana, anunciada el pasado sábado, tenía que hacer subir la tensión entre los partidos que componen el Gobierno de Italia: dos de los tres canales públicos han quedado en manos de fieles del primer ministro, Silvio Berlusconi; el tercero, permanece en la órbita de la izquierda; un hombre de Alianza Nacional controla la información radiofónica.Para la Liga Norte, en cambio, no ha habido nada. El tema es de tanto alcance político que varios comentaristas señalan que, aunque la Liga excluye la crisis de Gobierno, los nombramientos en la RAI confirman que Berlusconi está decidido a ir a las elecciones anticipadas. De otro modo, no se entendería esta determinación para desairar abiertamente al incómodo aliado que es Bossi, pero también para garantizarse el control casi absoluto de un medio de información que es básico cuando se trata de, ir a las urnas.
Durante las pasadas décadas, el control d e los informativos de la televisión estatal italiana estuvo rigurosamente repartido entre los democristianos, que controlaban la primera cadena, los socialistas, patrones de la segunda, y los comunistas, para los que se creó la tercera. Todos los grupos de la oposición han considerado ahora "escandaloso" que aquel equilibrio, denostado porque reflejaba la presencia abusiva de los partidos en la vida social italiana, se haya roto en beneficio exclusivo de Berlusconi, que, además, ya es dueño de la televisión privada.
La Liga ha amenazado con hacer que el Parlamento rechace el decreto por el que se renueva la financiación del déficit del ente público, y con provocar su quiebra. El ministro liguista Francesco Speroni razonaba ayer que eso no es posible, porque "todo lo que perjudica a la RAI favorece a Fininvest", el grupo de comunicación de Berlusconi. De ahí que la línea de protesta sea estrecha.
La alternativa más viable, y la que Bossi destaca, es acelerar la presentación de una ley contra la concentración de medios que obligue al primer ministro a renunciar a sus tres cadenas privadas de televisión.
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