"La memoria sigue siendo un factor esencial del aprendizaje"
Profesor de filosofía, premios Anagrama 1992 y Nacional de Ensayo 1994, ha dedicado 20 años a la investigación sobre el papel de la memoria en la inteligencia.
En un momento en el que se están definiendo los conceptos que aprenderán los alumnos de la reforma educativa, los especialistas vuelven a plantearse la importancia de la memoria en la educación. Si aprendemos durante la infancia y adolescencia a utilizar nuestra memoria personal seremos capaces de retener muchos más conocimientos. Según el investigador José Antonio Marina el papel de la memoria es esencial en ese periodo.Pregunta. ¿Hablamos de una memoria diferente a la que nos referíamos al aprender la lista de los reyes godos?
Respuesta. De lo que hablamos es de una forma distinta de utilizarla. La memoria se parecería más a un sistema de asimilar nueva información. Y de lo que se trata es de introducir información en la memoria del alumno, acompañada de un índice operativo que le diga qué debe hacer con esa información y que haga a la memoria dinámica y creadora.
P. ¿Qué ha pasado entonces con lo que siempre hemos entendido como memoria?
R. Lo que ocurría es que la memoria sólo servía para almacenar conocimientos y para repetirlos. Pero repetir información es un desperdicio de la memoria.
P. ¿Cuál sería entonces la forma adecuada de utilizar la memoria en el aprendizaje, en la escuela?
R. El niño tiene que aprender primero unos "conceptos llave" que son los que le van a permitir acceder posteriormente a mucha información. A lo largo de nuestra formación vamos a aprender un montón de cosas secundarias, pero lo importante es que el niño retenga los conceptos primarios, que son la llave que le va a servir para que comprenda lo demás o para que él mismo invente el resto.
P. Pero sobre esta teoría ya existen precedentes.
R. Si, en países como Estados Unidos, Gran Bretaña o Francia existe una cierta reivindicación de la memorización, enfocada sobre todo a que los alumnos aprendan a manejarla. Incluso algunos expertos se están planteando introducir este tipo de destreza en la enseñanza normal, para enseñar a los estudiantes las estrategias de aprendizaje y de recuperación de la memoria. Eso es el aprender a aprender.
P. ¿Cómo se deben hacer los programas para que se aproveche al máximo la capacidad de la memoria?
R. El profesor debe empezar por preguntarse por qué el niño debe aprender cada uno de los conceptos que se quieren incluir en el programa, para qué le van a servir. Uno de los problemas que ven los especialistas es precisamente que hay que reducir el contenido de los programas, asegurándose de que el niño aprenda cosas que realmente le vayan a abrir muchas puertas. Cada concepto tiene que estar relacionado con unas habilidades, porque los conceptos se aprenden para saber más cosas a partir de ellos.
P. ¿Con esto se evitaría que los adultos se pregunten al cabo de los años por qué se ha esfumado todo lo que aprendieron?
R. Desde luego, la memoria hay que aprovecharla al máximo y esto quiere decir que tenemos que seleccionar esas cosas que pensamos que es importante que queden para siempre. De acuerdo con esto, la elaboración de los programas debe hacerse seleccionando cuál es la carga de información que se le va a dar al alumno, pero concepto por concepto, no en un marco general. Hay que analizar si un concepto u otro es útil que lo aprenda el niño, si en este momento o después de que sepa aquello otro.
P. ¿No se corre el peligro de dejar de lado la comprensión?
R. Este aspecto es realmente importante. No se corre ese riesgo si creamos en el alumno una memoria personal inteligente, que haga a cada persona dirigir, controlar y aplicar lo que sabe y no utilizarla para almacenar cosas sin comprenderlas. Y cuando el alumno comprende, lo que hace es incluir la información nueva a partir de los conocimientos que ya tiene.
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