"Nunca me planteo ser un pionero"
El polifacético, el artista multimedia por excelencia, Todd Rundgren (Filadelfia, 1948) visita por primera vez España para actuar (hoy en Madrid y mañana en Barcelona) en su Tood Pod, el primer espectáculo interactivo del rock, producto a su vez del primer CD ROM musical, No world order, que editó a finales del año pasado.Pregunta.. Usted ha grabado tres discos con su primer grupo Nazz, 15 en solitario y una docena mas como líder de Utopía.¿Cómo se ha convertido en TR-I, un artista interactivo?
Respuesta. Por supuesto, hace tres años no era más que un artista que grababa de forma convencional, apenas me diferenciaba de otros a la hora de grabar. Yo siempre he sido un entusiasta de las computadoras y un día decidí que como las cosas habían cambiado bastante desde que empecé a grabar discos, ya era hora de aplicar todo. ese conocimiento especial en cuanto a ordenadores y sistemas interactivos. Me lo pensé un tiempo y llegué al concepto de la música interactiva, música que podía escucharse en un ordenador o en un aparato de juegos o de cualquier otro de entretenimiento casero. Una música que permitiera al oyente formas distintas de elección, es decir, en vez de un disco donde suena siempre lo mismo, ofrecer a la opción del oyente una base, diferente, variada.
P. ¿Se siente usted un pionero en ese campo?
R. Eso ni me lo planteo. Ni a la hora de decidir lo que voy a hacer ni cuando estoy trabajando. Lo que pasa es que suelo verme inmerso en cosas antes de que otros las descubran y que trato de hallar el modo de incorporarlas a lo que hago. Parece que soy un pionero, pero en realidad lo que hago es que me fijo, aplico o descubro nuevas vías de la tecnología o algunas ideas que han estado pululando. Y entonces tiendo a interesarme antes de que otra gente las descubra o simplemente decida implicarse en ellas.
P. Pero usted grabó rock progresivo, tecno y hasta canciones tipo new wave antes de su tiempo.
R. Bueno, la música popular transcurre por cielos. Surgen cosas que se hacen populares y a su vez las sustituyen otros tipos de música, otros estilos. Las cosas casi siempre se repiten. Por ejemplo, ahora se sigue mucho el modelo de la música que se hacía en los sesenta y en los primeros setenta y quizá lo que viene sea una combinación del viejo rock con algo de la sensibilidad del poprock de finales de los setenta.
P. Cuando abandonó Nueva York, en los setenta para no distraerse de la marcha urbana, ¿eligió Woodstock para vivir por su tradición artística y liberal?
R. Busqué un buen lugar de aislamiento. Woodstock fue, al principio, una especie de colonia de artistas e intelectuales ya a primeros de siglo, donde iban para aislarse y concentrarse en sus actividades. Y en cierto modo todavía lo es, pero desde el Festival del 69, que por cierto no se celebró en la localidad, Woodstock. se asocia más bien a la música popular, como símbolo de cierto pensamiento de los sesenta.
P. ¿En que momentos su espectáculo es especialmente interactivo?
R. La diferencia entre este espectáculo y la mayor parte de los espectáculos, incluidos los que yo he hecho, está en el grado en que la audiencia puede participar o cambiar su forma de experimentar la actuación, de vivir lo que sucede. La idea principal es que tú tienes más opciones en cuanto lo que ves y oyes en esta plataforma circular donde se rompe esa línea de un escenario normal que divide al artista del espectador. La interactividad abarca desde subirme yo a diversos niveles de la plataforma hasta convertirme en parte de lo que el resto de la audiencia está viendo. En otras ocasiones pido al público que decida sobre el sonido o la música que hay que tocar. Bajamos cámaras para que los espectadores se conviertan en operadores de las imágenes que tenemos en los monitores e incluso lanzamos cosas para que entre ellos se arme el desmadre. En fin, lo intentamos todo para incentivar la participación del público.
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