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Dinero, tarjetas de crédito y una Biblia, únicos restos identificados en el accidente del Boeing 737 en EE UU

El Boeing 737 de la compañía USAir que se estrelló el jueves por la noche cerca de Pittsburg (Pensilvania, EE UU) chocó con tanta violencia contra el suelo que los restos de los 132 ocupantes quedaron destrozados: "Todo lo que se veía eran trozos de cuerpos colgando de los árboles", según la enfermera Denise Godich, una de las primeras personas en llegar al lugar de la ca tástrofe. En Aliquippa, a 800 metros de un centro comercial, una hondonada con árboles sirvió como escenario: el único fragmento de fuselaje del avión que medía más de un metro era la cola del aparato.

Los expertos anunciaron ayer una labor de días o semanas hasta completar -en caso de que se pueda- la identificación de las víctimas y la investigación sobre el accidente. Miembros de los equipos de rescate relataban ayer espantados, a pesar de su veteranía, la casi absoluta desintegración de los cuerpos: "Lo único que pudimos recoger fue algo de dinero, algunas tarjetas de crédito, papeles de trabajo, una Biblia... No había restos humanos reconocibles. No he visto nada igual en los 22 años que llevo en esto".Expertos aéreos y agentes del FBI colaboran en la tarea, pero Wayne Tatalovich, fórense del condado de Beaver, ya adelantó ayer la posibilidad de que queden numerosas víctimas sin identificar. La búsqueda de supervivientes se anuló dos horas después de haber comenzado, cuando era evidente que nadie había salido vivo.

La gran incógnita reside en la causa o las causas del accidente. El avión -un 737, el modelo más popular de la aviación comercial norteamericana- tenía siete años de vida, el tiempo era muy bueno y en la torre de control del aeropuerto de Pittsburg -uno de los más seguros de EE UU- no se recibió ningún mensaje que advirtiera sobre la existencia de problemas técnicos. Al contrario, en su última comunicación, a una distancia de 10 kilómetros del aeropuerto, el piloto señaló que comenzaba la aproximación hacia la pista.

La caja negra se localizó inmediatamente y la investigación está en marcha, aunque el secretario de Transportes, Federico Peña, pidió ayer tiempo y prudencia antes de llegar a ninguna conclusión. Un accidente semejante, hace tres años en Colorado, se atribuyó, sin confirmación oficial, a una súbita ráfaga de viento.Los testigos que presenciaron la catástrofe del vuelo 427 -126 pasajeros, seis tripulantes, procedente de Chicago y con destino final en West Palm Beach, Florida- describieron lo ocurrido con algunos matices. La mayoría escuchó la explosión y vio después la columna de humo negro, pero algunos creyeron notar que los motores dejaban de funcionar y que el avión se precipitaba de morro contra el suelo.

El accidente del jueves, el peor en Estados Unidos desde 1987, ha sido el quinto que ha sufrido la compañía USAir, en los últimos cinco años. Aunque en tres de estas cinco ocasiones el modelo era un 737, el vicepresidente y portavoz de la compañía', David Shipley, descartó la existencia de un defecto de serie: "Si encontráramos algo, lo corregiríamos, pero no nos consta que haya conexión entre los accidentes".

En el último accidente de un aparato de USAir, el 2 de julio de este año en Charlotte, Carolina del Norte, hubo 37 muertos. La compañía, la sexta más importante de EE UU, sufre importantes pérdidas, y esta racha de accidentes no contribuirá a mejorar su imagen.

[Por otra parte, ocho personas perdieron la vida cuando un avión Tupolev 134, en vuelo de pruebas, se estrelló al este de Moscú. Este aparato, el más pequeño de los Tupplev, tiene capacidad para cien pasajeros. El accidente se produjo cuando volaba en paralelo con un bombardero estratégico TU-122 con el, que se tocó al realizar un giro. Las mayor fortaleza del bombardero lanzó al aparato civil contra el suelo.]

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