_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Irlanda no es Cuba

Las dudas que a veces surgen a la hora de fijar la fecha de la Independencia irlandesa se deben a que el Estado Libre de Irlanda proclamado en 1922 mantenía todavía algunos lazos con la corona y el imperio británicos que sólo eliminó la Constitución de 1937. Pero cualquiera de las dos fechas que se elija, es imposible que Sabino Arana, fallecido en 1903, felicitara a Eamon de Valera por el logro de la independencia irlandesa (como aseguraba el viernes de la semana pasada un editorial del diario El Mundo).A quien sí quiso enviar un telegrama fue al presidente norteamericano Teodoro Roosevelt, en mayo de 1902, felicitándole por haber hecho posible la independencia de Cuba. El episodio es muy conocido porque a cuenta del telegrama, que fue retenido en Correos el padre del nacionalismo vasco permaneció encarcelado durante 5 meses en la prisión bilbaína de Larrínaga. Pero no era la de Irlanda, sino la de otra lejana isla, la libertad que celebraba Arana.

El contenido del telegrama a Roosevelt contrasta con el que dirigió un mes después, desde la cárcel, a lord Salisbury, primer ministro británico -caracterizado enemigo de cualquier concesión al nacionalismo irlandés-, con motivo del final de la guerra de los boers. Arana expresa su esperanza de que los pueblos surafricanos "hallen ventajas bajo suave yugo Gran Bretaña" y que la soberanía inglesa "sea para ellos antes protección que dominación". El texto extrañó tanto a los correligionarios del fundador del PNV que se negaron a darle curso. Sin embargo, la prueba de que no se trataba de una ocurrencia pasajera es que en otro texto manuscrito de la misma época, no destinado a ser publicado, y que titúla "Mi pensamiento", se plantea como objetivo de su movimiento alcanzar "la independencia de Euzkadi bajo la protección de Inglaterra". El PNV ha sido siempre bastante anglófilo. Al menos su sector mayoritario. Tal vez ello explique su reticiencia ante la rebelión irlandesa de 1916 -que su dirección de la época consideró una "botaratada" destinada a dificultar el proceso autonómico en curso- y su apoyo al dirigente moderado John Redinon, que había atribuido el levantamiento del domigo de Pascua a "un complot alemán". Engracio de Aranzadi, principal ideólogo del nacionalismo vasco, posterior a la muerte de Arana, sacó de la experiencia irlandesa la conclusión de que no cualquier rebelión nacionalista merece adhesión, en particular si pretende "sellar con sangre sus convicciones"..

Sin embargo, el sector juvenil del PNV, que entra en conflicto con la dirección a comienzos de los años 20, adoptará el radicalismo del Sinn Fein como su propio modelo ideológico y organizativo. Luis Arana, hermano mayor del fundador, se pondrá al frente de esa disidencia juvenil. En su caso no existía conflicto con sus inclinaciones internacionales ya que era abiertamente germanófilo. El historiado Eric J. Hobsbawm ha llamado la atención recientemente sobre la compatibilidad de ciertos movimientos nacionalistas revolucionarios con posiciones muy reaccionarias en otros terrenos. Un caso notable es el de Frank Ryan, republicano irlandés que luchó contra Franco en las Brigadas Internacionales y que más tarde ofreció a Hitler la colaboración del IRA a cambio de que Alemania apoyase, tras su victoria, la unificación de Irlanda.

Es esa unificación lo que reivindica el nacionalismo irlandés actual. La identificación de ese objetivo con la autodeterminación, aunque figure en la retórica republicana, resulta bastante equívoca. Revelarlo ha sido, uno de los efectos del proceso abierto por el acuerdo de Downing Street. Hasta el punto que ahora es el reverendo Ian Paisley quien invoca dicho principio para oponerse a la unificación. La autonomía vasca actual es un invento destinado a evitar que ningún reverendo o diputado general tenga una tentación similar. Un acuerdo que garantiza la supervivencia de la identidad vasca sin que ello implique un proceso de depuración étnica contra la mitad o más de la propia población.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_