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Martínez-Lázaro ahonda en el filón de la joven comedia sentimental en su último filme

El cineasta estrena mañana 'Los peores años de nuestra vida'

Su anterior película Amo tu cama rica lleva nada menos que 31 meses en cartel. Todo un récord para una película española. Y mañana jueves, Emilio Martínez-Lázaro estrena su último trabajo, Los peores años de nuestra vida, una comedia sentimental, sin guiños intelectuales ni sociológicos, con la que este cineasta espera conseguir que el público pase un rato divertido. Ariadna Gil, Jorge Sanz, Gabino Diego, Agustín González y Maite Blasco son los protagonistas de esta película escrita por David Trueba y en la que la música ha sido compuesta por Michel Camilo.

Los peores años de nuestra vida tiene bastante que ver con Amo tu cama rica. Y no sólo porque ambas películas sean comedias sentimentales protagonizadas por jovencitos, género en el que este cineasta madrileño se encuentra definitivamente cómodo. "Una película está hecha a partir de la otra. Mi intención era abrirme más al público, porque en Amo... faltaba una cosa: que la gente buscara un final, que la historia tuviera un conflicto y una solución de ese conflicto. Cuando David Trueba me entregó el guión vi que ahí estaba la película que yo quería hacer. Era un guión con ángel, encanto y sinceridad. La sinceridad de alguien de 24 años como David. Esa es una edad estupenda para escribir historias como estas porque después, según cumples, lo mismo eres más listo, malicioso y complicado, pero eres menos auténtico".El soporte de la película consiste en el clásico triángulo amoroso. En el vértice está la chica (Ariadna Gil) y en la base, dos hermanos (Jorge Sanz y Gabino Diego). "Siendo una historia convencional, está llena de sinceridad", cuenta Martínez-Lázaro. Es una película de género, romántica, con mucha verdad dentro y rebosante de humor. Es una historia en la que pasa de todo hasta llegar a un final que no voy a desvelar".

Amo tu cama rica estuvo protagonizada por actores entonces absolutamente desconocidos y ahora nombres cotizados: Ariadana Gil, Pere Ponce.... Fue una apuesta valiente por parte del director que, aunque finalmente la película enganchó a los espectadores, el desconocimiento de los actores por parte de los espectadores retrasó el éxito de la cinta. "Trabajar con un reparto desconocido fue un riesgo que asumimos y que, en cierta medida, pagamos en términos de taquilla porque costó que atrajera a la gente. Tuvo que haber un boca a boca para que la gente se fuera animando a ver una historia sin caras conocidas. La fama que ahora tiene no la tuvo desde el principio pese a las críticas excelentes que le hicieron. La gente se pregunta: "¿Quien trabaja?". Y si no conocen a los actores, no creas que entran tan fácil. Lo hice porque los actores jóvenes españoles tienen una altura interpretativa tremenda y estoy muy contento de haber asumido ese riesgo en su momento. Aquí en cambio, el reparto está hecho con actores muy conocidos".

¿Está a gusto con la comedia rornántica?. "Si, pero es un descubrimiento hecho a posterior¡. No tenía una predilección especial. Creía que me gustaba más una comedia más sofisticada e intelectualizada como ya había hecho antes. En Amo... opté por una comedia más simple, protagonizada por chicos jóvenes que se enamoran, se engañan, se divierten. Esta última es mucho más directa. Aquí no hay ni siquiera el juego literario del tiempo que había en la otra. Está hecha pensando directamente en el espectador".

Como buena comedia, Los peores anos de nuestra vida rebosa humor por cada fotograma. "Hay un humor basado en los estupendos diálogos de David Trueba. Un segundo tipo de humor equiparable al de la comedia tradicional norteamericana adaptado a cosas muy españolas como es el personaje del padre (Agustín González) y un tercero que son las ensoñaciones, el absurdo de los hermanos Marx. Todo esto convive con acierto junto a las escenas de amor que consiguen emocionar al público y a los conflictos sentimentales entre los dos hermanos y la chica".

Pese a ser una película protagonizada por jóvenes, Emilio Martínez-Lázaro asegura tajante que en el filme no hay ningún esbozo ni retrato generacional. "Ninguna película mía tendrá jamás la menor intención sociológica. Sería una pretención disparatada contar una tesis académica en hora y media. No, yo quiero contar una historia que envuelva al espectador, que le divierta y le arrastre. Cuando se hace sociología, la película es mala, no creíble y soporífera. Otra cosa son los puntos comunes generalizables porque a todo el mundo le ha pasado lo que a estos chicos a esta edad. Pero no hay más. Ni generación X ni bobadas. Ni siquiera Madrid figura como personaje pese a que la ciudad aparezca en la película. Son bares y calles de cualquier parte.

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