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Repudio europeo al proyecto franco-alemán de crear grupo de países de primera dentro de la UE

El proyecto franco-alemán de crear un grupo países de primera dentro de la Unión Euopea (UE) ha desencadenado una cascada e críticas en Europa y en muchos casos unrechazo rotundo. Alemania y Francia están detrás de la idea de formar un denominado núcleo duro, integrado por cinco países -ellos dos más Bélgica, Holanda y Luxemburgo-, pero la idea, dada a conocer por losalemanes el jueves pasado, ha causado irritación. Los tories han pedido al primer ministro, John Major, que rechace enérgicamente el plan y Silvio Berlusconi ha manifestado a Helmut Kohl que ello destruiría la Unión.

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El canciller Kohl habló ayer por teléfono con Berlusconi, quien le llamó a Bonn para pedir explicaciones sobre el documento de los parlamentarios democristianos (CDU / CSU) que propone la creación de una Europa de varias velocidades' o de geometría variable dirigida por un núcleo duro formado por Alemania, Francia y los países del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo).La polvareda levantada por el documento Reflexiones sobre la política europea, presentado el pasado jueves en Bonn por los jefes parlamentarios democristianos en el Parlamento Federal (Bundestag) y en el Parlamento Europeo no deja de espesarse. En esencia, el documento constata una serie de puntos que casi todos reconocen bajo cuerda como inevitables. El texto propone la formación de un núcleo duro de cinco países europeos, bajo la batuta del eje París-Bonn. A este núcleo duro podrían sumarse otros países, cuando se muestren capaces de seguir la marcha. Los dirigentes parlamentarios democristianos excluyeron de entrada a Italia (socio fundador de la Comunidad Europea), España y Reino Unido como integrantes del vagón de primera clase dentro de la UE.

En la UE ha molestado lo que consideran una arrogancia alemana intolerable. Todo parece indicar que en el futuro los socios de la nueva Alemania van a tener que acostumbrarse a digerir sapos de este calibre y otros más gordos. Alemania ha dejado de ser el gigante económico y enano político, como la calificaban en el pasado.

Todo parece indicar que el documento es una especie de globo sonda, lanzado con una cierta aquiescencia del canciller Kohl. Su portavoz, Dieter Vogel, aseguró ayer de nuevo que se trata de un documento del grupo parlamentario CDU / CSU, que "no está concertado con el Gobierno féderal" y fue elaborado dentro del margen de actuación soberana que tienen los autores. No obstante, Vogel reconoció que Kohl conocía sus líneas fundamentales y estaba al tanto de que estaba en marcha.

Vogel ha tratado de quitar hierro al asunto al afirmar que se trata de un documento más con vistas a la conferencia de revisión del Tratado de Maastricht, que se celebrará en 1996. El ministro de Exteriores, el liberal Klaus Kinkel, reaccionó al día siguiente de la publicación del documento con una larga declaración en la que puso en tela de juicio la oportunidad del momento elegido para su publicación, porque Alemania ejerce la presidencia de la UE. Kinkel reafirmó la necesidad de una UE "fuerte y capaz de actuar, pero no debe ser un pequeño grupo de Estados".

Para el primer ministro francés, Édouard Balladur, hay que adaptar la configuración de Europa a una diversidad de situaciones", informa Octavi Martí. Balladur cree también que no tiene sentido inquietarse ante la idea de varias velocidades porque "¿acaso no es así ya en realidad?". El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, comentó que él incluiría en el núcleo duro a Italia y España "porque la dimensión mediterránea de la construcción europea es importante", dijo.

La 'bota prusiana'

Pero Berlusconi, al margen de la conversación telefónica de ayer, declaró: "Italia juzga estas ideas [la propuesta alemana] como potencialmente destructivas del proceso de integración europea e incompatibles con el Tratado de Maastricht. Son ideas que no sintonizan con el espíritu que deberá guiar en 1996 la revisión del tratado [de Maastricht], que deberá realizarse por unanimidad", informa Peru Egurbide. Su aliado, Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, fue más duro al manifestar que los países europeos han caído "bajo la. bota de los herederos de la aristocracia terrateniente prusiana". Bossi clamó contra "el diktat del canciller alemán Helmut Kohl, que divide a Europa con la tradicional arrogancia teutona en dos campos, y coloca a Italia en la categoría B".

Sin embargo, la mayor revuelta desencadenada por la propuesta alemana se ha producido en el Reino Unido, informa Lola Galán. Tanto los parlamentarios conservadores eurorrebeldes como los proeuropeos han hecho un frente común en su deseo de presionar al primer ministro británico, John Major, para que rechace enérgicamente la idea alemana.

Mientras, la Comisión Europea se negó ayer a valorar ese plan alemán. "Se trata de un debate que es competencia de los Estados miembros", señaló una fuente oficial, informa Juan Carlos González.

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