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Amén en cuatro lenguas

Madrid ofrece misas turísticas en francés, inglés, alemán e italiano

Para los turistas que visitan Madrid en plena canícula, la ciudad ofrece la posibilidad de cumplir semanalmente con Dios en la propia lengua. Inglés, francés, alemán e italiano son los idiomas en que también se puede oír misa. Aunque se celebran durante todo el año, los servicios religiosos en otras lenguas registran saturación de extranjeros en verano."Es una experiencia muy bonita, porque encuentras a compatriotas católicos en el extranjero, y eso no es muy común". Así se explica Klaus, un arquitecto bávaro cincuentón que recorre España con su esposa, al salir de la parroquia de Santa María tras el servicio religioso. "En Nüremberg quisimos informarnos de si en España se podía ir a misa en alemán, y nos hablaron de esta iglesia". Bernhard y Kristine son jóvenes protestantes y no practicantes, pero han acudido al templo a escuchar el evangelio, según dicen, "porque nos parece curioso: católico, en Madrid y en alemán; mi madre no se creerá que he ido".

Precisamente a su madre no quería verla ese domingo Thomas, un chico de 22 años que paseaba una resaca dé campeonato. "Es que ayer salí por la Castellana", decía. A la salida de misa, mientras sus padres se despedían de unos amigos, el joven se sinceraba: "Me obligan a venir cuando podría estar durmiendo. Suerte que no saben a qué hora llegué, al hotel". La voz ronca y las ojeras tras las gafas de sol indicaban que Thomas apuró la noche del sábado. Los mismos síntomas presentaban otro día buena parte de los congregados en la iglesia de la plaza de san Nicolás, la de los italianos.

El grueso de un viaje organizado de boloñeses lo constituían jóvenes engominados que no renuncian al hábito de la liturgia dominical. A la salida, en vez de comentar la palabra de Dios, se hablaba de la mejor terraza para contemplar señoritas. "En Bolonia voy todos los domingos a misa, aunque haya salido la noche anterior", decía Antonio, y su compañero Luca matizaba: "Claro que la noche de Madrid y la de Bolonia son distintas". Pero era Beppe quien daba la mejor razón para asistir a misa. Su madre le había aconsejado antes de emprender viaje por a la iglesia después de estar con una chica para quedar en paz con Dios".

Pese a que en agosto los turistas son mayoría, también acuden a estas misas extranjeros residentes en Madrid. Un grupo de señoras italianas, por ejemplo, se había encargado de solicitar la misa a la que acudieron los bambini. "Lo hacemos una vez al mes", explicaban. Y es que en San Nicolás de Bari de los Servitas, las ceremonias en la lengua de Dante no tienen frecuencia fija, y sólo se efectúan previa petición.

En San Luis de los Franceses, lógicamente, el idioma es el del país vecino. Según Philippe Orgignac, "en invierno somos más", en alusión a la colonia francesa de Madrid, que también se va de vacaciones. "Porque turistas, como ve, no hay muchos". Ciertamente, pocos galos lucían bermudas o sandalias; más bien podría decirse que ese domingo se habían puesto el traje de los ídem. Carole, vestida como para su comunión, creía que "el evangelio suena mejor en francés que en castellano".

A Matthew, neoyorquino en tránsito hacia Barcelona, el inglés le sonaba igualmente bien para recibir la eucaristía. Como "Madrid bonito" es lo único que acertaba a pronunciar en castellano, estaba encantado de poder oír la lectura en su lengua. Pero le encantaba España, "si no, no hubiera recorrido 10.000 kilómetros sólo para comulgar".

En inglés: capilla de Nuestra Señora de la Merced, en Alfonso XIII, 165. Domingos, a las 10.30. Francés: San Luis de los Franceses, calle Lagasca, 89. Domingos a las 12. Alemán: parroquia de Santa María, avenida de Burgos, 12. Domingos a las once. Italiano: San Nicolás de Bari de los Servitas, plaza de San Nicolás, 6. Sólo previa petición.

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