Los serbios bosnios no garantizan la seguridad del Papa
Las perspectivas de que el Papa viaje el próximo jueves a Sarajevo se volvieron ayer remotas, al fracasar un contacto a alto nivel del Vaticano con los líderes serbio-bosnios. Estos últimos, durante el encuentro, no sólo se negaron a garantizar la seguridad de Juan Pablo II y su entorno, sino que dieron a entender que la visita del Papa no sería bienvenida, dada la actitud antiserbia que, en su opinión, ha demostrado el Pontífice durante el conflicto. El propio Juan Pablo II reiteró anoche en Castel Gandolfo que espera "vivamente" viajar a Sarajevo "si se dan garantías su ficientes para la seguridad de la población", y pidió oraciones para que se reconcilien los pueblos de Bosnia.El anuncio de la entrevista de ayer había abierto buenas perspectivas, pero su desenlace fue un fiasco que deja poco margen para proseguir unas eventuales negociaciones. El prelado Francesco Monterisi, enviado especial del Papa que ayer se trasladó a Pale, la capital política del territorio controlado por los serbio-bosnios, pudo entrevistarse, tras mucho suspense, con el líder, Radovan Karadzic, al que la diplomacia vaticana había aplicado por primera vez en estos días el título de presidente. Monteriri se limitó a calificar de "interesantes" las conversaciones.
En un encuentro anterior con el ministro de Exteriores serbiobosnio, Aleksa Buha, éste reiteró al enviado vaticano que los serbios no podrán impedir que un musulmán atente contra el Papa para echar luego las culpas a las fuerzas de Karadzic. El mismo argumento fue expuesto por el propio Karadzic en una carta, el 25 de agosto, al representante de la ONU en Yugoslavia, Yasushi Akashi, quien, en función de ese dato, desaconsejó el viaje.
La amenaza del cañón
(El mayor problema de seguridad es en estos momentos un cafión antiaéreo serbio de 20 milímetros. El cañón lleva varias semanas disparando impunemente, en un claro desafío al ultimátum de la OTAN, contra objetivos civiles en ruta por la única vía terrestre abierta en Sarajevo, informa la agencia France Press.El viernes, una persona resultó muerta y otras dos heridas, una de ellas un niño de corta edad, por sus disparos, según fuentes bosnias. La ruta de Butmir, a través del monte Igman, teóricamente bajo control de las Naciones Unidas, transcurre muy cerca de las posiciones serbias. En las últimas semanas, esta pista de arena se ha convertido en una galería de tiro.
Unprofor admite que el cañón es la principal amenaza para el aterrizaje del avión de Juan Pablo II, pero no la única. El portavoz de los cascos azules, aseguro ayer que "los soldados de ambos bandos se hallan muy próximos al aeropuerto y que todos disponen de granadas suficientes como para derribar cualquier avión".)
El jesuita Roberto Tucci, presidente de la Radio Vaticana y organizador de estos periplos pontificios, ha seguido preparando un programa, reducido a cuatro horas frente a las nueve iniciales. En la Oficina de Prensa de la Santa Sede se decía ayer "todo está en las manos de Dios".En la hipótesis cada vez más remota de que el viaje se lleve a cabo, el Papa llegaría a Sarajevo sobre las diez de la mañana del 8 de septiembre para iniciar un programa que sigue siendo totalmente incierto. Inmediatamente, sería trasladado a toda velocidad y bajo la protección de los blindados de la ONU a la ciudad, a través de la carretera dominanada por los serbios.
El primer acto sería un encuentro con el presidente bosnio, Alija Izetbegovic. Éste presenta también un problema de seguridad pues el palacio presidencial se halla cerca a las trincheras.
Hace dos días que el llamado Palacio de Hielo, construído para los Juegos de Invierno de 1984, fue descartado como sede de la misa pública del el Pontífice. Sus estructuras, que han sufrido los efectos de la guerra, resultan poco seguras y también demasiado amplias para los pocos católicos que quedan en Sarajevo. Se ha pensado en la catedral como marco de la misa, ya que la ONU desaconseja toda actividad a cielo abierto.
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