El aeropuerto de Barajas bate en agosto su récord de incautaciones de cocaína

VIENE DE LA PAGINA 1Junto a los envíos de droga, las inspecciones de la Guardia Civil y del Departamento de Aduanas, dependiente del Ministerio de Hacienda, se toparon con otras sorpresas: maletines repletos de billetes. La recaudación del narcotráfico.

Por esta vía se decomisaron este año ocho maletas con un total de 718 millones de pesetas -420 millones en pesetas, 171 millones en dólares y 127 millones en francos suizos-. El mayor golpe se dio en abril, cuando los rayos X descubrieron en el equipaje de un tranquilo pasajero más de un millón de dólares apretujados en dos cajas de rompecabezas gigantes. Tres meses antes se había destapado otro maletín, esta vez con 118 millones de pesetas, en billetes pequeños, usados y sucios. Iban a salir rumbo a Turquía. Era el fruto, según Aduanas, de varios meses de trabajo de una pequeña red turca que vendía heroína a camellos de los barrios de chabolas. El dinero no había si do cambiado en bancos, sino que había sido almacenado tal y como venía de la mano de los minoristas.

"Es delito monetario. No sólo porque se trata de dinero negro, sino porque está prohibido sacar del país sin declarar cantidades superiores al millón", indicó el experto de Hacienda Eduardo Bustamante.

Heroína, poca; hachís, menos

Estas entradas y salidas de dinero, con todo, no son más que el reflejo de un tráfico de mayor intensidad. Los 726 kilos de cocaína incautados en los ocho primeros meses del año en Barajas -de los que 31 kilos siguieron su destino en entregas controladas-, colocan a esta sustancia en cabeza de las drogas decomisadas. Por detrás, a larga distancia, se sitúan la heroína, con 7,795 kilos, y el hachis, 4,120 kilos.

Esta diferencia entre la cocaína respecto a su más directa competidora, la heroína, se debe a la falta. de vuelos directos desde Oriente, según este responsable aduanero. "Antes se registraba una elevada entrada de heroína en vuelos procedentes de Lagos (Nigeria), pero desde que desapareció el trayecto el descenso ha sido drástico", indicó Bustamante.

Aquellos narcos que aún persisten en traficar con heroína desvían la atención sobre su estancia en países. productores con saltos aéreos, especialmente a ciudades de. la Unión Europea. Así ocurrió con un español sorprendido este mes en Barajas con 1,4 kilos. El hombre partió de Canarias rumbo a Madrid, desde donde voló a Lomé. Allí, presumiblemente, adquirió la droga. Posteriormente partió a Bruselas para evitar que en Barajas se le relacionase con la capital de Togo. No tuvo éxito.

Aunque estas técnicas de enmarañamiento se repiten en la ruta de la coca, las detenciones de los correos arrojan una luz diáfana respecto a su punto de partida. De los 198 capturados, 41 procedían de Bogotá (Colombia), 29 de Buenos Aires (Argentina), 38 de Brasil y 13 de Caracas (Venezuela). Estos datos confirman que Suramérica mantiene el monopolio de la cocaína y apuntan a un aumento de las importaciones procedentes de Argentina. "Respecto al destino de la droga, el 40%, aproximademente, de la que descubrimos llegó en tránsito a otros aeropuertos españoles", añadió Bustamante.

Aunque ninguno lleva armas, el perfil de estos correos, que normalmente actúan a cuenta de pequeñas organizaciones, se ha ido difuminando, según Aduanas. Lejos. quedan los tiempos en que sólo hombres jóvenes y suramericanos copaban la tarea. Por contra , en los últimos -años ha aumentado la presencia de españoles y de mujeres: los nacionales capturados con droga sumaron en el citado periodo un tercio del total de detenidos -un porcentaje equivalente al de mujeres- Ahora, incluso, no faltan los ancianos, como Domingo C. B., de 70 años, detenido el 6 de junio con 10 kilos de coca en las maletas.

Artimañas

Una artimaña, el uso de ancianos, especialmente pensada para burlar a los 160 guardias civiles del Servicio Fiscal y los 16 agentes de aduanas que vigilan el ir y venir del aeropuerto. Y es que los narcos aguzan el ingenio para lograr sus fines.

Dentro de las 142 requisas de droga efectuadas en 1994 en Barajas, los métodos de ocultación más comunes fueron el doble fondo -96 casos-, la ropa y el paquete adosado al cuerpo con cinta adhesiva.

Por detrás llegaron las originalidades, como los botes de café concentrado, los dobles fondos en ollas de acero inoxidable, la impregnación de ropa y maletas, la disolución en líquidos y metacrilatos, la conversión en alubias, manteles o figuras decorativas.

Todo por un móvil económico. La coca que en lo que va de año ha aterrizado en los calabozos de Barajas costaría en la calle más de 7.000 millones de pesetas.