_
_
_
_
Reportaje:

Prisioneros en libertad

Ciudadanos cubanos han permanecido hasta tres semanas confinados en Barajas

Luis Barbero

Armando y Nerely son cubanos, pero se conocieron en España, Han huido de su país y no piensan regresar hasta que Fidel Castro desaparezca o decida: que su dictadura ya no es de este mundo. Los dos se acongojan cuando recuerdan que sus familiares todavía residen en la isla. Armando y Nerely llegaron al aeropuerto de Barajas el 11 de agosto e inmediatamente, pidieron asilo. Sus afinidades terminan aquí.El Ministerio de Justicia e Interior que dirige Juan Alberto Belloch admitió a trámite, en apenas tres días, la petición de Armando, oficial de la marina mercante cubana, al considerar que era un perseguido político.

Sin embargo, Nerely, licenciada en Educación Física y profesora de tenis en una escuela pública, ha vivido un calvario.

Ella partió de Cuba hacia Italia el 8 de julio al ser poseedora de una "carta de invitación". Este documento lo otorga el Gobierno castrista y permite a los cubanos abandonar su país durante seis meses, siempre que una persona que viva fuera de la isla caribeña envíe un billete de viaje, un visado de entrada, en el país de destino, y 120 dólares (15.360 pesetas). La salida está garantizada.

En Italia estuvo algo más de un mes, hasta que decidió asilarse en España. Nerely no sospechaba entonces que iba a permanecer 15 días en las estancias habilitadas en el aeropuerto madrileño de Barajas para los peticionarios de asilo. Tampoco sabía que tras la negativa de las autoridades españolas de admitirle a trámite la petición de asilo, así como su reexamen, el día 21 sería embarcada en un avión que la transportaría nuevamente a Milán (Italia), donde fue de nuevo devuelta a España. Desde entonces, más días de incertidumbre, lágrimas e insomnio.

Compañeros de espera

Estas dos semanas ha estado confinada en Barajas. Las instalaciones tienen cuatro habitaciones -dos para los hombres y otras dos para las mujeres-; un salón grande con vídeo y televisión y una estancia para niños pequeños. En cada, habitación hay ocho camas, que hay que compartir cuando las solicitudes se acumulan. Colchones sin sábanas y sin almohadas y comidas precocinadas son algunas de las denuncias efectuadas.Finalmente, el viernes, el Ministerio de Justicia e Interior comunicó a Nerely su admisión en territorio español por "razones humanitarias" y le concedió una Tarjeta de Permanencia Temporal (TPT), que le permitirá residir en España seis meses. El rostro de Nerely, que se expresa con parquedad, esconde su angustia: "Mentí cuando pedí el asilo. N o dije que tengo una hija de tres años que se ha quedado en Cuba con mis padres". "Estoy como loca de estar aquí", añade, "y ahora sólo quiero tener a mi hija Glenda a mi lado".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La abusiva retención de Nerely no ha sido una excepción. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha denunciado ante la Dirección General de Extranjería y Asilo que "la permanencia en las dependencias de los puestos fronterizos ha superado los 20 días -el límite marcado por la ley son siete días- sin que existan -causas legales justificativas de estos hech,os". Esta circunstancia ha sido considerada inconstitucional por el Defensor del Pueblo, Margarita Retuerto, quien el pasado martes impugnó él precepto de la Ley de Asilo que recogía este punto.

Armando y Nerely están ahora en España, pero no tienen los mismos derechos. Él, una vez admitida a trámite su petición de asilo, puede dormir en un albergue público y comer gratis en un comedor situado en el barrio madrileño de Arganzuela. Ella, con su tarjeta TPT, no tiene perspectivas, sólo libertad.

Luis Daniel Collado, retenido en Barajas entre el 21 y el 29 de junio revela su inquietud y su desesperación 'en cada gesto. "Tengo la TPT por seis meses", comenta crispado, "pero es una situación, absurda porque cuando pido trabajo me piden el permiso oficial y cuando voy a tramitar el permiso me dicen que primero tengo que tener un contrato de trabajo". Luis Donaldo recuerda su estancia en el aeropuerto: "Me negaron el asilo, pero yo estaba dispuesto a suicidarme si hubiesen decidido deportarme".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_