Las vanguardias

El modo de hacer de la plástica de vanguardia (un arte que empezó siendo experimental) rompe intencionadamente- con los esquemas convencionales del arte referencial anterior; ligue derroteros nuevos, diferentes e imprevisibles; y consigue (pocas veces, es cierto) resultados (efectos) impactantes. No es necesariamente puro caramelo. El efectismo es, precisamente, su único logro. Nada más, y nada menos.Pero al desligarse -en su significado- de la referencia a un tema o asunto concreto, las obras abstractas no son racionalizables, y menos entendibles si se desconoce su propio código semiológico. Una mayoría de observadores es capaz de colegir lo que representa y/o lo que significa una pintura o una escultura referencial prevanguardista; pero sólo los que conocen la clave de su lenguaje gráfico pueden hacer suyo el mundo mágico de Miró y deleitarse con él. Sólo los que entienden un idioma pueden disfrutar de su literatura. (Nadie que desconozca el castellano puede solazarse con las páginas de Muñoz Molina o de Trapiello). Sólo a los que dominan el maravilloso y difícil lenguaje de las matemáticas les es dado el inefable gozo de su entendimiento...

Es osado, peligroso, o, cuando menos, frívolo, descalificar algo que no es obvio desde el desconocimiento. Sobre todo si quien descalifica juega con la ventaja que supone el don de la palabra.-