Clinton accede a hablar con La Habana sobre "cuestiones de emigración"
El Gobierno norteamericano dejó ayer abierta la posibilidad de negociar con La Habana para resolver la situación creada por el éxodo de miles de personas, pero se mantiene firme sobre el conjunto de las relaciones con Cuba. "Hemos ofrecido la reanudación de conversaciones relacionadas con la emigración", anunció anoche el presidente Clinton, que subrayó que EE UU no está interesado en una negociación global, como pide Fidel Castro. "Con quien tiene que negociar él es con su pueblo, que quiere democracia y libre mercado", señaló Clinton, que pidió firmeza y calma a los norteamericanos y que reiteró que ningún país puede controlar la política de emigración de EEUU.
Las palabras de Clinton y la interrupción de las vacaciones del secretario de Estado -que hasta ayer se había permitido el lujo de estar fuera de escena- demuestran la preocupación creciente de Washington por el desarrollo de la crisis. La Administración norteamericana confía en que la avalancha empiece a ceder en los próximos días, después de reforzar el mensaje de que Guantánamo no será un destino transitorio, sino definitivo, para los rescatados en el mar. El director de operaciones del Pentágono, el teniente general John Sheehan, dijo ayer que parte del personal civil de la base será evacuado para permitir que la capacidad de acogida se amplíe hasta los 60.000 refugiados.La respuesta de Washington a las declaraciones de Fidel Castro, matizada posteriormente por el presidente Clinton, excluye la negociación global. "Castro sabe lo que tiene que hacer, está en sus manos: dar democracia a Cuba y permitir una reforma económica absolutamente necesaria para su pueblo", señaló ayer la responsable de Justicia, Janet Reno, que no encontró ninguna señal estimulante en la larga intervención del presidente cubano, retransmitida en EEUU a través de la CNN.
A corto plazo, la esperanza del Gobierno norteamericano es que la energía del mensaje reiterado el miércoles por los titulares de Defensa y Justicia -"no piensen ni por un momento que desde Guantánamo van a entrar en EE UU"- desanime a los refugiados. El miércoles fue precisamente el primer día en el que cedió levemente el número de rescatados: 3.096, comparado con los 3.253 del martes. En la tarde de ayer el número de rescatados se elevaba a 1.000. El único elemento de disuasión que podría funcionar es la predicción metereológica, que anuncia un empeoramiento notable del tiempo y del mar en el estrecho de Florida. El Servicio de Guardacostas ha advertido que el oleaje y las tormentas podrían provocar un elevado número de muertos.
Uno de los elementos que paraliza las posibles salidas reside en que EE UU. enfoca la crisis como un asunto doméstico: "Da la impresión de que no cambian su punto de vista histórico. que atribuye al Caribe un papel de patio trasero del país", según fuentes diplomáticas que han comprobado personalmente la inflexibilidad del Departamento de Estado. "Lo único que preocupa al presidente Clinton y a Janet Reno -dicen estas fuentes- es que se puedan repetir los problemas políticos y sociales que hubo en 1984, con la llegada de los 125.000 marielitos.
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