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Señales de lucha por el poder en el régimen de Corea del Norte

Las señales de una sorda lucha por el poder en el seno del hermético régimen norcoreano se multiplican, y hacen pensar que Kim Jong II está teniendo más dificultades de lo previsto para suceder a su padre, Kim Il Sung, fallecido el pasado 8 de julio tras haber ejercido durante casi medio siglo un poder absoluto.Fuentes diplomáticas alemanas confirmaron ayer que unos panfletos hostiles a Kim Jong II habían sido encontrados en la noche del 19 al 20 de agosto en el barrio de Pyongyang donde se encuentran la mayor parte de las embajadas. La noticia había sido difundida inicialmente por el Gobierno surcoreano, pero había suscitado el escepticismo. Se trata de un hecho totalmente insólito en un país tan vigilado y controlado como el del Gran Líder. Los panfletos fueron al parecer lanzados en los recintos de varias representaciones diplomáticas.

Por otra parte, un responsable del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores citado ayer por la agencia japonesa Kyodo, Yevgeniy Bazhanov, jefe adjunto de la Academia de Asuntos Extranjeros, afirmó que una lucha por el poder se está librando en el seno del régimen norcoreano.

El mismo responsable diplomático, que asegura que sus informaciones tienen como base los testimonios de residentes norcoreanos en Moscú, aseguró que existe en Pyorigyang una oposición a Kim Jong Il. También afirmó que el actual régimen norcoreano acabará derrumbándose, aunque decida llevar a cabo reformas económicas. El diplomático ruso citó como factores que puedan acelerar el colapso del régimen de Pyongyang las divergencias entre reformistas y representantes de la vieja guardia, la creciente insatisfacción popular, la presión extranjera, especialmente del último aliado de Corea del Norte, China, a favor de cambios, y la aguda crisis económica que atraviesa el país.

Otra señal que llamó la atención de los observadores es un comentario de la emisora de Pyongyang, difundido el pasado domingo, en el que se aseguraba que si no se lograra resolver "quién será el sucesor que continúe la obra revolucionaria del Gran Líder, el partido y la revolución podrían caer presa de traidores y conspiradores". Un comentario que hace pensar que esta cuestión está lejos de quedar dilucidada, aunque la radio de Pyongyang difundió ayer otro comentario en el que aseguraba que "la Corea socialista no puede considerarse, ni hoy ni mañana, sin el liderazgo de Kim Jong II, así como tampoco el bienestar y el futuro del pueblo coreano". Pero lo cierto es que más de 40 días tras el fallecimiento de su padre, Kim Jong Il sigue sin ser investido oficialmente como máximo dirigente del Estado y del Partido de los Trabajadores.

Estas señales de inestabilidad, cuyo alcance real es difícil de estimar, están provocando inquietud en Seúl. El presidente surcoreano, Kim Young Sam, afirmó ayer que el país debe estar preparado para hacer frente a "cualquier contingencia".

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