_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Apuros de Clinton

A TRES MESES de las elecciones de noviembre que marcan la mitad del mandato de Clinton, y en las que el Partido Demócrata tendrá que afrontar una serie de batallas inseguras, hay una idea coincidente en los medios más diversos de que el presidente está pasando por un mal momento; sobre todo, que no se le ve capacidad de poner en práctica su política. No se trata de que haya habido en su gestión un fracaso llamativo: más bien ocurre que los pasos que había anunciado para responder a las preocupaciones de la población se han ido deshilachando, disolviendo la esperanza de que puedan convertirse en realidad. El aire renovador que daba color a la llegaba de los Clinton a la Casa Blanca se ido difuminando a la hora del choque con una realidad con frecuencia hostil.En ese orden son significativos los nombramientos más recientes de colaboradores íntimos del presidente: en vez de personas de "fuera de Washington" -como anunció Clinton en un principio-, los Panetta, Coelho y el juez Mikva podían haber sido designados por Gephardt, el líder de la mayoría demócrata de la Cámara. Es como un retomo a los valores seguros del aparato demócrata, cuando éste pasa por un mal momento. Al mismo tiempo, la dimisión de Roger Altman, después de una comparecencia poco clara en el caso Whitewater, representa una pérdida seria para Clinton. Los debates sobre este tema no han. sacado a la luz nada nuevo y grave para los Clinton, pero han dejado en mal lugar a algunos colaboradores suyos.

La nueva ley sanitaria, a cuya aprobación Hillary está dedicada por entero, con una campaña por todo el país, está estancada en las cámaras y la amenaza de que su aprobación imponga tantas concesiones que Pierda sus rasgos más valiosos es muy real. Por otra parte, la oposición de un núcleo demócrata al control efectivo de la adquisición de armas, eje de la ley contra el crimen, ha obligado a Clinton a negociar los votos que le faltan entre los republicanos. Con vistas a la consulta de noviembre, los demócratas se presentan dando la sensación de que, con mayoría en las dos cámaras, no son capaces de aprobar ninguna medida importante.

Es cierto que Clinton se puede apuntar algunos éxitos en política internacional, como el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá, y sobre todo los avances hacia la paz que se han hecho en Oriente Próximo, en gran parte gracias a Estados Unidos. Sin embargo, pesan mucho más en ese terreno -considerado secundario por Clinton ya durante su campana- los errores que han rebajado el prestigio de EE UU. Quizá el ejemplo más negativo es el conflicto de Bosnia, en tomo al cual Clinton ha hecho declaraciones contradictorias en plazos cortísimos. Toda la operación de Somalia -heredada, cierto es, de George Bush- fue un modelo en el que. se mezclaba la ignorancia de la realidad con la obsesión por ofrecer imágenes brillantes por la televisión. Tendencia parecida se observa en el caso de Haití, en el que son manifiestas las vacilaciones del presidente. Y tampoco parece tener una idea clara de cómo hacer frente a la cuestión cubana.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_