Música de Cámara
Fernando Cámara reverdeció ayer en Toledo viejos laureles y obsequió al escaso respetable con una de sus ya casi olvidadas sinfonías. La música del jienense-malagueño caló en todos por igual y estremeció las fibras sensibles de entendidos y no entendidos. El relámpago del arte, en las escasas ocasiones en que se produce, restalla como latigazos de luz y da respuesta exacta a los toros cuando son bravos, como el quinto, en el que Cámara sonó a gloria. Es obligado señalar que el bravo ejemplar de Martínez Benavides se comía los engaños humilladísimo como el más arrepentido pecador.El coletudo, pelín apático y bastante desconfiado en su anterior enemigo, ya avisó de sus intenciones al presentarle al quinto con el capote su tarjeta de visita. Aleteó el percal con elegancia y suavidad en verónicas y en un esplendoroso quite por chicuelinas. El anticipo continúo con la flámula, con la que alumbró naturales de cante jondo, aunque el máximo clamor llegara con las espaldinas finales.
Laguna / Campuzano, Cámara, Rodríguez
Toros de La Laguna, desiguales de presentación, manejables. 5º y 6º de Martínez Benavides, con trapío y casta; sospechosos de pitones.José Antonio Campuzano: pinchazo hondo y estocada tendida (ovación); bajonazo (ovación). Fernando Cámara: estocada caída (ovación); estocada tendida -aviso- y dos descabellos (oreja). Miguel Rodríguez: estocada trasera tendida y dos descabellos (oreja); media perpendicular baja y dos descabeIlos (oreja); salió a hombros. Plaza de Toledo, 15 de agosto. Corrida de feria. Un cuarto de entrada.
También Miguel Rodríguez triunfó con armas similares a las de su compañero. El primero, de derrotona cabeza astifinísima, necesitaba porfía valerosa ante el lucimiento y Rodríguez se las concedió. El encastado último lo que pedía era quietud, pases muy rematados y ligazón, y el matador también le concedió la adecuada respuesta.
José Antonio Campuzano fue el convidado de piedra. No obstante, es igualmente cierto que el sevillano, vulgarote y como de vuelta ya de su larga carrera tampoco puso un excesivo empeño.