La reforma del Ejércíto envía fuera de Madrid siete unidades y 5.000 militares
Menos militares, pero no menos cuarteles. La reorganización del Ejército de Tierra, aprobada el pasado día 5 por el Consejo de Ministros, establece el cierre de una unidad (la de 'boinas verdes' de Colmenar Viejo) y el traslado de otras siete fuera de Madrid. De ellas, tres están afincadas en dos instalaciones de El Pardo. Mientras vecinos de este barrio, con escaso suelo urbanizable, reivindican más viviendas, escuelas y polídeportivos, en Defensa advierten que los acuartelamientos no se quedarán vacíos. La reforma supone el traslado de 5.000 militares.
El Plan Norte de reorganización del Ejército de Tierra prevé que los cambios se produzcan entre el año que viene y 1997, pero el anuncio ya ha levantado la primera polvareda, sobre todo en el barrio de El Pardo, que hasta ahora dispone de cuatro guarniciones, incluida la Guardia Real.El reordenamiento del Ejército afectará en Madrid a unos 5.000 militares (mandos y tropa), estiman en el Cuartel General. En toda España, según Defensa, el 12% de los 134.000 miembros de las fuerzas de Tierra deberán cambiar de unidad a consecuencia del Plan Norte.
Cierre y traslados
El único cierre previsto es el del Grupo de Operaciones Especiales (conocido como boinas verdes). Esta unidad, que dejará de funcionar el año próximo, está ubicada en la base de San Pedro, en Colmenar Viejo. "En ese mismo recinto hay otras unidades, como la Agrupación Logística, que se mantendrán allí", explican en el Cuartel General del Ejército. Colmenar (26.000 habitantes) perderá así unos 300 militares, una cuarta parte aproximadamente de los que, seguirán en San Pedro. Este periódico intentó en varias ocasiones, sin éxito, conocer la opinión del Ayuntamiento al respecto.
Los siete traslados previstos afectan a tres zonas de Madrid capital. Una de las que cuenta con más instalaciones militares, Campamento, perderá el Grupo de Misiles Sam, que partirá rumbo a Valencia. Pero en el cuartel que ahora comparte seguirá el Regimiento 71 de artillería antiaérea.
A poca distancia, en Prado del Rey, otra ausencia prevista: la del Batallón de Guerra Electrónica Estratégica, que irá a Sevilla. El Regimiento de Transmisiones Estratégicas número 22 continuará en esta instalación, próxima a los edificios de Televisión Española y al barrio de Somosaguas (Pozuelo de Alarcón).
En la otra esquina de Madrid, en Fuencarral, hay otro traslado decidido, esta vez a Salamanca. Quien se va es el Cuartel General del Mando de Ingenieros. Pero tampoco aquí queda él cuartel libre: permanece el Regimiento de Ferrocarriles, que ya ocupa buena parte de las instalaciones.
'Movida' en El Pardo
El barrio de El Pardo será el más afectado por las mudanzas. Saldrán de aquí el Cuartel General de la División Acorazada Brunete y su Núcleo de Tropa Divisionaria, distribuido entre esta zona y Campamento. Irán a Burgos.
También abandonarán El Pardo el Regimiento de Transmisiones Tácticas 21 y el Batallón de Guerra Electrónica Táctica, que se trasladarán a Valencia. "Los dos últimos comparten instalaciones", explican en el Cuartel General del Ejército.
"Ni se van a cerrar cuarteles ni se van a quedar vacíos", se apresuran a añadir los militares. Creen que el tercer cuartel de El Pardo, donde se ubica el Parque y Centro de Mantenimiento de Material de Transmisiones, aprovechará para expandirse. Linda con los recintos cuyas unidades se trasladan.
El Pardo no perderá el sello de las guarniciones. En el barrio permanecerán también las dependencias de la Guardia Real, base para atender el pala cio de la Zarzuela.
Sin embargo, los vecinos de este barrio preparan las baterías para cuando llegue septiembre. "Vamos a empezar a funcionar para denunciar el problema de vivienda y de abandono que tenemos; y a ver qué se hace con los cuarteles", anuncia el presidente del Consejo General Ciudadano de El Pardo, Carlos Camacho.
Camacho, al frente de esta asociación vecinal, propone que los recintos militares que queden vacíos se reconviertan en instalaciones educativas y que parte de las parcelas se dedique a la construcción de viviendas.
"Hacen mucha falta casas, porque en el barrio no se construye una desde hace 15 años", añade el dirigente vecinal. A su juicio, el traslado de las unidades puede ser "beneficioso" para el barrio.
El dirigente vecinal sólo ve ventajas a la salida e incluso descarta en ella repercusiones económicas negativas.
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