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Los devotos de una romería en Granada se niegan a entregar para Ruanda el dinero recaudado en una colecta

"¿Y dónde está Ruanda? ¿Y para qué quieren allí dinero, si lo que necesitan es comida y medicinas?". La romería de San Cayetano, en Jolúcar (Granada), se convirtió el domingo en la feria de la discordia. Al grito de "Para los negros, no", devotos del santo se negaron a dar para Ruanda las 700.000 pesetas recaudadas en una colecta. "El dinero", alegaron, "es más necesario para reparar la ermita". El sacerdote que presidía la romería rehusó oficiar la misa. "Es inútil celebrar una misa ante quienes no actúan como cristianos", dijo. La romería se quedó sin cura y el incidente ha motivado que el arzobispo de Granada estudie intervenir contra quienes han sido responsables hasta ahora de la gestión de la ermita, una cofradía no oficial que se negó a entregarle al párroco de Torrenueva, Francisco Peinado, la recaudación de la colecta. El sacerdote acudió a la romería por orden del arzobispo de Granada, quien le indicó que el dinero recogido este año no iba a estar destinado, como es habitual, a alguna parroquia o al arreglo de la ermita de San Cayetano, sino para los refugiados ruandenses. "Entonces empezaron a protestar preguntado que dónde estaba Ruanda y que el dinero no salía de allí, que todo era para Jolúcar. Yo decidí abandonar la romería y no dar la misa".

La romería de San Cayetano, de tradición centenaria, ha ido adquiriendo en los últimos años cada vez más auge entre los pueblos de la costa granadina. Jolúcar, un anejo de la localidad de Gualchos de apenas 1.000 habitantes, recibe a unos 5.000 devotos que pegan billetes de 1.000, 2.000 o 10.000 pesetas en los faldones del santo y luego participan en rifas y colectas. El dinero es utilizado para obras de remodelación de la ermita o en la construcción de caminos en las cercanías.

"Nosotros no podemos dar ese dinero, porque tenemos muchos gastos y muchas facturas pendientes", argumenta uno de los responsables de la gestión de la ermita, José Rodríguez Olivares. "Todos sabemos contar, pesar y medir. El Gobierno manda miles de millones a Ruanda y allí no llega ni la mitad. ¿Y van a venir a pedirnos lo que nos hace falta para que luego se pierda por el camino?".

José Rodríguez, de 70 años, culpa al sacerdote Peinado de todo lo sucedido. "Fue párroco de Gualchos durante 17 años, y siempre ha cobrado por hacer las primeras comuniones, y 40.000 pesetas por dar la misa en la romería. ¿Por qué no manda él ese dinero para los niños negros?"

"Si hubiera dicho", insiste Rodríguez, "que el dinero de la colecta, 300.000 o 400.000 pesetas, lo manda Jolúcar para Ruanda, pues no nos habría importado nada. Pero lo que quería era llevárselo y hacer como que él era el que está ayudando a los niños negros".

El sacerdote, mientras, acusa a Rodríguez Olivares y a los otros tres gestores de la ermita de quedarse con el dinero. "Dicen que es para arreglar el campanario o hacer un camino, pero lo que hacen es repartírselo".

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