En pleno parque natural
Es una idea fantástica, pensé. Sí, lo de irme con mi madre a la playa de Valdelagrana, en El Puerto de Santa María (Cádiz), durante la primera quincena de julio. Allí se encuentra mi hermano, con su familia, que viven en Madrid y los veo muy poco, la playa, con suPasa a la página siguiente
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fresquito, y una pequeña zona de marisma, anclada en el Parque natural de la bahía de Cádiz, denominada Marismal de los Toruños, donde podría disfrutar de su fauna y flora, poniendo en práctica mis pocos concimientos naturalistas.
Mi idea era que mi madre disfrutara con su familia, especialmente con sus nietos, y que yo conociera la marisma reseñada. Pues bien, en esta zona de marisma, que va desde la urbanización de Valdelagrana hasta cerca de Puerto Real, pasando por el río San Pedro, he disfrutado de un ecosistema bastante bello, con sus altibajos de agua durante la bajamar y la pleamar, con su río serpenteante, con sus dunas y con su fauna y flora. Ayudado de guías y prismáticos, he podido ver los cangrejos denominados barriletes, cuyas pinzas se venden en las marisquerías (las bocas), aves como el charrancito, que se lanzan en picado contra el agua buscando pececillos y que, si invades su territorio, se abalanzan sobre tu cabeza como auténticos aviones de caza emitiendo gritos de guerra, gaviotas reidoas y argénteas, ostreros, almejas, navajas, gusanas, conejos y curiosas plantas de terreno salobre.
Después de observar esta maravilla de parque natural, lo más lamentable es encontrarte dentro del parque con escombreras, sillones, colchones, lavadoras bolsas de plástico de todos los colores, latas, yogures de todas las marcas, pañales, botellas de cristal de todos los tamaños y marcas, botellas de plástico, heces humanas y un sinfín de por quería arrojada. Lo cierto es que en esta zona hay una carretera de ascenso a tres puntos de la playa donde mucha gente va a pasar el día muy preparada con sus sombrillas, sus neveras, sus cañas de pescar y sus botellas de plástico con agua para después quitarse la arena y, eso sí, no llenar de arena el coche. Claro está que al gunos olvidan ya la botella de plástico después de quitarse la arena, teniendo una papelera a tres metros.
El Ministerio de Obras Públicas y Transportes está invirtiendo 41 millones en regenerar esta zona de la costa. Creo que no cuesta ningún trabajo arrojar la basura en las papeleras o, en su defecto, llevársela y, depositarla en el primer contenedor que se encuentre.-
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