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Un levantamiento contra dos enemigos

Precisamente a las cinco de la tarde de ayer, el ulular de las sirenas hizo parar el tráfico en las calles de Varsovia. De esta manera, la capital polaca celebraba ayer el cincuentenario de la insurrección popular contra las tropas de Hitler, que ocupaban Polonia desde hacía cinco años.El levantamiento popular duró 63 días. Se saldó con cerca de 200.000 víctimas y la destrucción casi total de una ciudad habitada por más de un millón de personas.

La insurrección de Varsovia, que estalló el 1 de agosto de 1944, fue dirigida militarmente contra el ocupante nazi y políticamente contra la instauración de un régimen prosoviético. La orden para el comienzo. del levantamiento fue dada por la el Alto Mando del Ejército clandestino (AK-Ejército del Interior) en un momento en el que se esperaba la inminente entrada del Ejército Rojo en la capital polaca.

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En aquel momento funcionaban dos gobiernos. En el exilio, en Londres, existía un Gabinete formado por políticos que habían logrado escapar del país en 1939, durante la invasión de Polonia por Alemania y la URSS. Por otro lado, bajo los auspicios soviéticos, se había formado un gobierno provisional (Comité Polaco de Liberación Nacional), con sede en los territorios polacos ya liberados por el Ejército Rojo.

La inmensa mayoría de los 50.000 soldados del Ejército clandestino que se habían levantado en armas el 1 de agosto de 1944 estaban convencidos de que la insurrección duraría pocos días y terminaría con la retirada de la guarnición alemana, atacada por las unidades soviéticas. No ocurrió así. Las tropas soviéticas se pararon en la orilla derecha del río Vístula.

Durante toda la época de la posguerra, las autoridades soviéticas mantuvieron la tesis de. que la parada de sus tropas en el río había sido necesaria porque las líneas de abastecimiento, tras una rápida ofensiva, eran demasiado largas para poder emprender la toma de la capital polaca.

Pero según gran parte de los historiadores polacos, se trató de una decisión política de Stalin quien en su opinión, estaba interesado en que la insurrección quedara aplastada por las tropas alemanas y en que el Gobierno polaco no pudiera trasladarse desde Londres a Varsovia.

En la lucha contra los insurrectos los alemanes utilizaron la aviación, divisiones acorazadas de élite y la artillería pesada. Los aliados occidentales sólo pudieron, tratar de ayudar a la insurrección con vuelos de abastecimiento realizados desde, las bases en Italia.

Aislados y mal armados, los insurrectos se defendieron en las barricadas hasta octubre. De los 50.000 cayeron casi la tercera parte. Los supervivientes fueron deportados a campos de concentración.

Toda la ciudad quedó evacuada, dinamitada y quemada antes de que las tropas soviética entraran en ella tres meses y medio después. Miles de veteranos fueron posteriormente objeto de la represión bajo el régimen comunista.

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