Vivimos en planetas distintos
No sé en qué planeta vive el embajador de los Estados Unidos de América en España, pero es evidente que no vive en el mismo planeta que yo. Este mes se cumple el 50º aniversario de la creación de las instituciones de Bretton Woods (FMI, Banco Mundial y el GATT), y en su artículo del 22 de julio en este periódico el embajador utiliza "fríos datos económicos" paraPasa a la página siguiente
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demostrarnos lo bien que han organizado el mundo y ofrece las soluciones de siempre para resolver la recesión económica: reducir los gastos sociales ("los excesivamente generosos programas de compensación por desempleo") y aumentar aún más el poder de los empresarios frente a los trabajadores (la reforma de las rígidas leyes sobre salario mínimo o sobre despido o traslado de trabajadores").
No menciona, aunque entiendo muy bien por qué, las trágicas consecuencias humanas de las medidas que estas instituciones imponen a los diferentes Gobiernos del mundo ni el peligro que suponen para la democracia. Como nos advierte Noam Chomsky, estas instituciones, junto con el G-7, ya constituyen un "Gobierno mundial de facto", sobre cuyas decisiones ni los parlamentos tienen influencia.
Y, además, como añade Eduardo Galeano, refiriéndose a la banca internacional, "le preocupa la libertad de dinero, no la libertad de personas... Practica la religión monetarista, que adora el consumo en el más alto de sus altares. Ellos no se ensucian las manos. Nunca matan a nadie: se limitan a aplaudir el espectáculo".
Prefiero vivir en un planeta de personas como Noam Chomsky y Eduardo Galeano que en uno de gente como el embajador y sus amigos. A primeros de octubre se celebrará en Madrid la asamblea anual del FMI y BM. Para los que no compartimos los valores de estos señores será una de las pocas oportunidades que tendremos para demostrárselo.-
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