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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Respuesta

Con fecha 13 de julio, el profesor Miguel Aguilar publica en la sección Futuro de EL PAÍS un artículo en contestación al mío del 1 de junio, que, trataba sobre los efectos biológicos de campos electromagnéticos (CEM) de bajas frecuencias. Peculiar contestación, ya que el articulista no responde a ninguno de mis argumentos ni a los contenidos en trabajos de reciente aparición que citaba mi es-Pasa a la página siguiente

Viene de la página anterior ,crito. En lugar de ello, Aguilar hace referecia a estudios publicados hace más de 10 años por nuestro equipo. Aquellos estudios mostraron que CEM de frecuencias bajas (típicamente 100 Hz) y de intensidades hasta 100 veces inferiores a las del campo geomagnético provocan alteraciones irreversibles en el desarrollo embrionario de aves. Dichos trabajos han sido replicados, ampliados y prolongados hasta hoy por un número importante de equipos científicos internacionales. Aguilar saca a colación aquellas publicaciones para afirmar que, según sus cálculos, lo que en realidad se hizo fue inducir ¡campos eléctricos de 10 a 10 V/m!, "que, obviamente, destrozan el embrión". Y que en éstos y, por extensión, "en todos los casos (publicados de efectos biológicos de CEM débiles) los resultados han sido erróneamente interpretados por los médicos y/ o biólogos". Pues bien, creo que los comentarios de Aguilar serían más certeros, si hubiese leído atentamente los trabajos que critica. Así hubiera encontrado que jamás empleamos "fúentes que se usan para la soldadura de huesos ' fracturados" ni campos como los que él describe, con "trenes de pulsos de cientos de kilohercios". También habría observado que la densidad de corriente eléctrica inducida es inferior en muchos órdenes de magnitud a la que presentan sus números. Y puesto que duda de la capacidad de "médios y/o biólogos." en esa materia, le remito a los cálculos publicados por los ingenieros y físicos del H-H Project (Berman y colaboradores, 1990), proyecto internacional en el que seis equipos corroboraron la efectividad de estos campos sobre el desarrollo embrionario. Si, a pesar de esto, el profesor Aguilar insiste en considerar todos los cálculos e interpretaciones sobre los efectos de CEM débiles como erróneos, debo sugerirle que traslade sus argumentos a terrenos más apropiados que la prensa diaria. Me refiero a la prensa científica, donde las ideas son sometidas al examen riguroso de los expertos.-

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