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La Casa Blanca admite errores en su actuación en el "caso Whitewater"

Antonio Caño

Las primeras audiencias en el Congreso sobre el escándalo Whitewater dieron por cerrado el delicado caso de la muerte de Vincent Foster, mientras que la Casa Blanca reconoció en su testimonio inaugural errores en la manera como intervino en este asunto, aunque aseguró que ningún funcionario del Gobierno hizo nada antiético o ilegal.El consejero legal de la Casa Blanca, Lloyd Cutler, fue el primer miembro de la actual Administración en ocupar el banquillo de estas esperadas audiencias para admitir que su antecesor y otros funcionarios del Gobierno habían hecho mal al conversar con colegas del Departamento del Tesoro sobre el asunto Whitewater, un turbio caso que afecta a los negocios del matrimonio Clinton cuando el actual presidente era gobernador del Estado de Arkansas.

Los contactos mantenidos entre la Casa Blanca, el Departamento del Tesoro y la Resolution Trust Corporation (RTC), la agencia que investigaba el pasado financiero de Bill Clinton, son el eje principal de estas audiencias parlamentarias. Algunos congresistas tratan de demostrar que esos contactos fueron un intento por parte del Gobierno de influir en la investigación.

"Aunque esos contactos no violaron ningún principio ético, a mi juicio hubiera sido mejor si no hubieran ocurrido nunca y si hubieran participado en ellos menos funcionarios de la Casa Blanca", declaró Cutler, cuyo antecesor en el cargo, Bernard Nusbbaum, fue uno de los que tuvieron que dimitir este año tras reconocer que había participado en esas conversaciones.

En la apertura de la investigación del comité de banca de la Cámara de Representantes, su presidente, Henry Gonzalez, sometió a votación la necesidad de incluir en las audiencias el caso Foster. Por 31 votos contra 19, los congresistas decidieron aceptar la conclusión del investigador especial del Whitewater, Robert Fiske, quien el mes pasado aseguró que Foster se había suicidado. La oposición republicana creía ver elementos sospechosos en la muerte, en julio de 1993, de Foster, un alto funcionario de la Casa Blanca que guardaba en su despacho oficial los papeles que relacionan a Bill Clinton y su esposa con el caso Whitewater.

Foster y el Senado

Whitewater es el nombre de una inmobiliaria en la que invirtieron los Clinton en los setenta. Esa misma denominación se da a todo el escándalo que rodea al pasado financiero del presidente. El asunto de Foster no es, a pesar de todo, caso cerrado; puede reaparecer el viernes cuando el Senado abra sus propias audiencias sobre el mismo episodio.El aspecto más controvertido de la investigación es el de la actuación del vicesecretario del Tesoro, Robert Altman, presidente de la RTC en el momento que esta agencia investigaba asuntos relacionados con Whitewater. Clinton y el secretario del Tesoro, Lloyd Bentsen, han hecho una declaración conjunta de respaldo a Altman. Este ha asegurado que no está envuelto en ninguna actuación ilegal y que no tiene planes de renunciar. No se sabe aún cuando llamará el Congreso a Altman para que preste su declaración.

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