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Dos de los principales culpables de la colza salen de la cárcel en régimen abierto

Los industriales catalanes Enric Salomó y Ramón Alabart, dos de los principales implicados en el caso del aceite de colza desnaturalizado -cuyo consumo provocó la muerte de 700 personas en 1981-, han visto mejoradas sus condiciones de vida en la prisión de Tarragona, donde cumplen 38 y 40 años de condena, respectivamente. La dirección general de Servicios Penitenciarios de la Generalitat de Cataluña acaba de concederles, a propuesta del equipo de tratamiento del centro, el tercer grado penitenciario, que les permite ir a la cárcel sólo a dormir. La fiscalía de Lérida ha recurrido la resolución, al considerar que vacía de contenido la pena impuesta.Antonio Olaya, director de la prisión de Tarragona, confirmó ayer que Salomó y Alabart salen de la prisión cada día y sólo regresan al centro para pernoctar, informa Ignasi Soler. También podrán pasar los fines de semana en su casa, un privilegio del que habían gozado antes de que se les concediera el tercer grado.

El sumario por el caso de la colza, conocido también como el del síndrome tóxico, se abrió el 26 de junio de 1981, tras descubrirse la presencia en el mercado de aceite adulterado. Su consumo provocó la muerte por envenenamiento de 700 personas y dejó a más de 20.000 con graves secuelas físicas y psíquicas. El juicio comenzó el 30 de marzo y quedó visto para sentencia el 28 de julio de 1988.

Salomó y Alabart, dos conocidos industriales aceiteros de Reus, fueron condenados en mayo de 1989 por la Audiencia Nacional a cuatro años y dos meses de prisión menor y multa de 100.000 pesetas como autores de un delito contra la salud pública. La lectura de la sentencia del denominado proceso del siglo, en el que las penas impuesta a los 13 industriales condenados sólo llevaron a prisión a dos de ellos, desató la ira entre los afectados presentes en la sala que se habilitó en la Casa de Campo de Madrid. Los 37 procesados fueron despedidos con una lluvia de piedras e insultos. Un año después, el Supremo cuadruplicó las condenas a los ocho principales encausados, aumentándolas en algunos casos en más de 50 años. Las penas de Salomó y Alabart fueron elevadas de cuatro años y dos meses a 38 y 40 de reclusión mayor.

La fiscalía de Lérida ha solicitado ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria que revoque la decisión de la Generalitat y, se mantenga a Salomó y Alabart, con más de 8.000 días de condena pendientes de cumplimiento, sin salir de prisión. Enric Salomó ha pasado en la cárcel un total de cinco años y nueve meses de su condena de 38 años y Ramón Alabart Perramón ha cumplido un total de cinco años y siete meses de los 40 a que fue condenado.

La fiscalía considera improcedente la clasificación acordada por la Administración penitenciaria de Cataluña en consideración a varios aspectos: la duración de las penas impuestas, la gravedad del delito cometido que provocó una enorme alarma social en España y que no existe constancia de que Salomó y Alabart hayan mostrado arrepentimiento por su conducta, sin lo cual no puede haber rehabilitación. "La conciencia social exige el cumplimiento de la condena, por cuanto la sociedad necesita saber que si se quebrantan las normas más esenciales que la rigen, se debe pagar un alto precio por ello", afirma el fiscal.

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