La huelga de los controladores franceses asesta un duro golpe a la imagen turística de las Baleares

La huelga que durante tres días realizaron los controladores aéreos de Marsella (Francia) finalizó ayer por la noche dejando un balance desolador para la imagen turística de las Baleares. Unos 301000 pasajeros y más de 2.000 vuelos padecieron retrasos, que ayer superaban las seis horas y alcanzaron las 14 en casos extremos. Las terminales aeroportuarias, saturadas de turistas, miles de ellos durmiendo en el suelo, funcionaron al límite de capacidad durante 36 horas seguidas. El tapón circulatorio convirtió a Baleares en una gigantesca ratonera donde quedaron atrapados pasajeros y aviones.

El tráfico iniciará hoy previsiblemente una lenta- vuelta a la normalidad que previsiblemente no será plena antes del próximo martes. Los centros de control de Mallorca, Ibiza y Menorca trabajaron a destajo para evacuar vuelos internacionales, repletos de pasajeros que finalizaban sus vacaciones. Después de una noche de pesadilla para miles de turistas que durmieron en el aeropuerto, cuadrillas de trabajadores de limpieza y voluntarios de la Cruz Roja intentaban ayudar a los afectados.El efecto dominó de las demoras iniciadas el viernes se manifestó con toda su intensidad en la madrugada de ayer, cuando la actividad fue especialmente conflictiva debido a la saturación de las aerovías alternativas (Argel, Italia y Reino Unido).

Marsella redujo el paso por sus pasillos aéreos de 33 a 7 operaciones a la hora, lo que supuso "un estrangulamiento lento y progresivo" del tráfico general en Baleares, según un portavoz de las compañías aéreas. Por las aerovías de esta región francesa circula el 60% del flujo aéreo de las islas hacia el norte de Europa, Las Baleares recibirán este año 8,5 millones de visitantes y sus aeropuertos son los más activos de Europa en verano.

La situación del aeropuerto de Palma se agravó al mediodía de ayer al interrumpirse la entrada de aviones procedentes del Reino Unido, debido a la acumulación de retrasos. Alrededor de 25.000 turistas británicos tuvieron que padecer demoras de hasta seis horas para embarcar.

El colapso aéreo de Palma afectó al aeropuerto de Barcelona, en el que la media de retrasos rondó ayer las dos horas; al de Alicante, con demoras de seis horas en diversos vuelos, y al de Barajas, en Madrid, con retrasos de media hora en conexiones con Londres, Bruselas, Lisboa y otros destinos internacionales.

Aviación Civil autorizó ayer a aeropuerto de Reus a ampliar su horario hasta las diez de la noche para recibir a dos aviones procedentes de Palma y otros dos con destino al aeropuerto de Son Sant Joan.

En Alemania, los aeropuertos" permanecieron abiertos toda la noche para aliviar el colapso en las comunicaciones aéreas con las Baleares. Además, los responsables aeronáuticos alemanes ordenaron el envío de dos jumbos, con capacidad para 500 pasajeros cada uno, para recoger turistas en Palma.